Si bien a todos nos encantaría regresar de las vacaciones sintiéndonos renovados, la realidad es que, en muchos casos, algunos regresamos de nuestros viajes sintiéndonos fuera de nuestra rutina, fuera de balance y con un agotamiento distinto.
Esta experiencia, muy común, se deriva de una variedad de factores, desde el desfase horario, la modificación de nuestros horarios de sueño y el cambio de actividad, hasta lo que comimos y bebimos. No me refiero necesariamente a que hayamos abusado del consumo de algún alimento o bebida, sino más bien a que ocurre un cambio en la rutina y en los horarios en los que comemos, los ingredientes que se utilizan, etc.
En la actualidad, la forma en que viajamos se ha modificado en varios aspectos. Ahora se ofrece hospedaje en sitios como casas o departamentos a través de plataformas de intercambio o rentas, lo cual nos permite sentirnos como en casa y que podamos “anidar” durante unos días, por lo que a muchos nos gustaría tener al alcance cosas que normalmente tenemos en nuestra propia casa.
Vale la pena mencionar que muchos hoteles son flexibles cuando se hacen solicitudes especiales, así que no subestimes el poder de preguntar o pedir algo específico.