Las vacaciones y el regreso a la rutina
Si bien a todos nos encantaría regresar de las vacaciones sintiéndonos renovados, la realidad es que, en muchos casos, algunos regresamos de nuestros viajes sintiéndonos fuera de nuestra rutina, fuera de balance y con un agotamiento distinto.
Esta experiencia, muy común, se deriva de una variedad de factores, desde el desfase horario, la modificación de nuestros horarios de sueño y el cambio de actividad, hasta lo que comimos y bebimos. No me refiero necesariamente a que hayamos abusado del consumo de algún alimento o bebida, sino más bien a que ocurre un cambio en la rutina y en los horarios en los que comemos, los ingredientes que se utilizan, etc.
En la actualidad, la forma en que viajamos se ha modificado en varios aspectos. Ahora se ofrece hospedaje en sitios como casas o departamentos a través de plataformas de intercambio o rentas, lo cual nos permite sentirnos como en casa y que podamos “anidar” durante unos días, por lo que a muchos nos gustaría tener al alcance cosas que normalmente tenemos en nuestra propia casa.
Vale la pena mencionar que muchos hoteles son flexibles cuando se hacen solicitudes especiales, así que no subestimes el poder de preguntar o pedir algo específico.
Si bien yo nunca recomiendo ponerse en una dieta estricta durante unas vacaciones solo por el bien de una alimentación saludable, mantenerse al día con algunos pequeños hábitos de nutrición puede hacer una gran diferencia en nuestra salud intestinal, estado de ánimo y niveles de energía, tanto durante el viaje como al regresar a casa.
A continuación te comparto algunos consejos que puedes implementar en tus vacaciones o viajes de trabajo que pueden ayudarte a balancear los cambios en tus rutinas y horarios.
1. Visita los mercados locales
Debo confesar que esta es una de mis actividades favoritas cuando viajo, ¡me encanta visitar los mercados locales! Siento que es una gran oportunidad para aprender sobre los productos de la región y descubrir otras variedades de frutas, verduras y alimentos. Yo, como ya lo saben, soy de las que leen las etiquetas de todo y aprovecho para adquirir productos que me gustaría probar, como frutas, pan, yogur, quesos, etc.
Pensando en los viajes, siempre trato de comprar cosas como limones o ese vinagre de manzana con el que no pude viajar. También me gustan los tés, por si algún día mi estómago necesita un descanso.
Además, dependiendo de la duración del viaje, suelo comprar alimentos que me puedan servir como desayuno o cena, procurando que sigan alineados con la que sería mi rutina en casa.
2. Programa caminatas después de las comidas y movimientos matutinos
Yo sé que no es fácil seguir con tu rutina de ejercicios mientras estás de vacaciones. No siempre existe la opción de ir al gimnasio o de hacer esa clase de pilates que tanto te gusta. En su lugar, te recomiendo priorizar otro tipo de movimiento, como caminar o hacer estiramientos al despertar o antes de acostarte.
Una de las ventajas de los viajes es que muchas veces caminamos más de lo normal (especialmente si eres de los que están en una oficina muchas horas o se mueven en auto todo el tiempo). Aprovecha esto y camina siempre que puedas en lugar de usar el auto. Regresar a tu hotel a pie después de la cena o salir a caminar antes de ir por tu café en la mañana le agrega pasos a tu día.
Si eres de los que tiene un reloj que ayuda a contabilizar los pasos que recorres en el día, de seguro podrás corroborar que en tus vacaciones caminas mucho más de lo que imaginabas, así que no subestimes este tipo de movimiento y aprovecha sus beneficios.
Y bueno, también puedes ver si hay algún gimnasio, clase de yoga o rutina de ejercicios que esté cerca de donde te hospedas o en el mismo hotel. Esto seguramente te ayudará a mantenerte dentro de tu rutina de movimiento.
3. Viaja con tus suplementos y vitaminas
Una de mis recomendaciones principales es viajar con tus vitaminas y suplementos. Alejarte de tu rutina diaria no significa que tengas que renunciar a ellos, además de que pueden ayudarte mucho a mantenerte sano y en balance.
Otra sugerencia es consumir probióticos para apoyar tu digestión, sobre todo porque en estos días variamos mucho nuestro consumo de alimentos, los horarios, o bien, caemos en excesos y consumimos cosas a las que no estamos acostumbrados.
La vitamina C es otro de los grandes aliados del viaje, así que adicionarla a tu rutina unos días antes, durante y después del viaje es una excelente medida.
4. Hidrátate bien
Uno de los cambios que más nos afectan es el alterar nuestro consumo de agua durante el día, ya que no siempre es fácil tomarla. Esto no solo se debe a la accesibilidad del agua en sí, sino a que muchas veces “decidimos” no tomar agua para no tener que estar buscando un baño. Sin embargo, tomar agua o electrolitos es una prioridad.
Recuerda que volar en avión nos deshidrata y que los espacios con aire acondicionado también lo hacen. En sí, todos los cambios de temperatura tienen un impacto, por lo que es fundamental que antes, durante y después de tu viaje aumentes tu consumo de agua. Como sabes, la deshidratación puede manifestarse como fatiga, dolor de cabeza u otras sensaciones no tan divertidas.
Por último, después de una cena o comida abundante o donde consumas más alcohol de lo normal, el hidratarte te ayudará a sentirte mejor y a que tu cuerpo se desintoxique de forma adecuada.
5. Permítete disfrutar
Dejando a un lado todos estos hábitos, recuerda que estás de vacaciones y que no debes estresarte por seguir una rutina, dieta o plan de ejercicios rígido. Realmente una semana o dos de “salirte” de tu rutina no tendrá un impacto mayor y estos descansos también ayudan a ese balance y a disfrutar del lugar donde estás vacacionando.
Parte del encanto de viajar es conocer nuevos lugares, alimentos, recetas, probar ese pan tradicional, postres, etc. Esto complementa tu descanso y experiencia del lugar, así que no seas muy duro en juzgarte por ello y diviértete. Salir de la rutina también tiene grandes beneficios.
Sé que muchos de ustedes disfrutan de sus vacaciones descubriendo nuevos lugares donde pueden practicar su deporte favorito, visitando ese estudio de yoga que da clases diferentes o haciendo un tour en bicicleta en un lugar desconocido, así que dense tiempo de revisar las opciones que tendrán disponibles durante su viaje o, si lo que prefieren es tomar unos días de descanso de la rutina, ¡adelante! Eso está perfecto, también.
Por otro lado, algunos de ustedes me han contado que deciden pasar sus vacaciones buscando opciones más saludables de comida, o disfrutando esas rutinas de ejercicio que durante las horas normales de oficina no pueden hacer. A ustedes quiero decirles que, si eso es lo que les funciona y es algo con lo que no se sentirán estresados o con un sentimiento de culpa por no disfrutar otras cosas, entonces, ¡háganlo!
La idea del balance es que no sea una carga o algo muy complicado de lograr. Lo más importante es que hagas lo que tú consideras que es mejor para ti. Al final todos somos diferentes, así que nuestras prioridades y gustos también lo son.
Espero que estos consejos te sirvan y te ayuden con tus objetivos de bienestar.
¡Hoy es un buen día para empezar!