Estamos a tan solo unos días de que llegue la Navidad, ¡qué rápido se fue el año! Sin duda, esta es una época que invita a la reflexión y de celebración, la cual en muchos casos crea el escenario perfecto para reunirse, convivir y festejar. Sin embargo, no te voy a mentir: para muchos, tanta fiesta no es algo tan sencillo de llevar, ya que también trae consigo excesos, momentos de ansiedad, y cansancio en general.
Hace unos días, una persona muy cercana me decía que, aunque le gusta mucho la Navidad, ha evitado asistir a algunas reuniones. En específico, ha decidido faltar a una “tradición” de su familia, porque cada año es igual. Decía que parecía un guion donde se repiten exactamente las mismas cosas, así que, para el, ya había perdido todo el encanto.
Esto me hizo reflexionar que, para muchos de nosotros, esta temporada es el retorno a sitios, tradiciones, comidas y etapas de nuestra vida que, aunque son algo repetitivo, también son un espacio seguro, con elementos que sirven de balance y refugio.