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Cómo cuidarte sin culpa y sin miedo

Hoy quiero tocar contigo el tema del autocuidado, el cual me resulta apasionante a nivel personal. Creo que, en un mundo donde el cuidado personal muchas veces se percibe como un castigo, una restricción, o el precio a pagar por cualquier "exceso" del pasado, es hora de replantear nuestra relación con la salud.

Para empezar, el cuidarnos no debería sentirse como una tortura, ni mucho menos como algo que hacemos desde la culpa o el miedo. Debería ser una experiencia que disfrutemos, que nos divierta, y que nos conecte con lo que significa estar bien.

Lamentablemente, en muchos casos —y especialmente debido a lo inculcado por nuestros propios padres— el autocuidado está asociado con el sacrificio. Lo curioso es que el cuidar de nuestro cuerpo y mente debería ser considerado un acto de amor, no de castigo, y el elegir opciones que nutran nuestra salud integral no debería verse como algo pesado o aburrido.

Querido cuerpo, esto es por y para ti

La semana pasada hablamos de lo importante que es el honrar nuestro cuerpo y todo lo que hace por nosotros, así que hoy quiero darte consejos sobre cómo cuidarlo mejor. Cada quien tiene su forma particular de hacerlo, pero quiero compartirte lo que a mí me funciona y tú puedes decidir qué es lo que puede servirte.

Querido cuerpo, esto es por ti y para ti:

Abrazando el caos

Uno de los retos más grandes que enfrentamos día con día es poder dedicarle tiempo a nuestro bienestar dentro de nuestras saturadas agendas, y es que puede parecer simple, pero asignar una hora para hacer ejercicio o tiempo para cocinar en casa requiere de organización y tiempo que, a veces, simplemente no tenemos.

No es solo que no tengas nada en tu refrigerador o que tu jornada de trabajo se haya intensificado y ahora tengas que dedicarle más horas, sino que también tu nivel de estrés está en ese límite en el que sabes que va a repercutir en tu rutina y en tus hábitos de la semana —y ni hablar de los sentimientos que todo eso te provoca.

La salud mental y su importancia en el trabajo

El 10 de octubre de este año se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, el cual fue establecido en 1992 para fomentar una mayor comprensión global sobre este tema. Me gustaría darte mi opinión al respecto.

Somos seres pensantes y, por ello, la salud mental es una gran parte de lo que somos como personas: afecta la forma en la que pensamos, sentimos, nos relacionamos con los demás y manejamos los altibajos de la vida. Si bien hablar de salud mental es común hoy en día, esto no siempre fue así. Durante muchos años, las conversaciones en torno a esta pieza fundamental de nuestro bienestar a menudo se consideraban incómodas, sin sentido, fuera de lugar o hasta vergonzosas.

Afortunadamente, esa mentalidad ha cambiado a medida que más y más personas (así como empresas) están empezando a entender que la salud mental debe cuidarse al igual que cuidamos nuestra salud física. Piénsalo así: a nadie le avergüenza ir al gimnasio o tomarse un día libre para curarse de un resfriado. Entonces, ¿por qué debería ser diferente ir a terapia o tomarnos un día para cuidar nuestra salud mental?

Una reflexión para iniciar bien la semana

Ayer recordé unos artículos que compartí hace tiempo y pensé en compartirlos de nuevo hoy, y es que hay días en los que creo que la forma más simple de ver nuestra evolución es observar todos esos pequeños avances que hemos logrado con el paso del tiempo. Ellos me hacen darme cuenta de que nuestro desarrollo tiene muchos matices y que no hay solo una “meta” a seguir.

A medida que he avanzado, me he vuelto más consciente y he aprendido a:

La pregunta del mes

Este mes ha habido un gran intercambio de impresiones, dudas y comentarios en este blog, lo cual me hace muy feliz, especialmente porque puedo ver cómo esta comunidad sigue en movimiento, creciendo, y buscando un mismo fin, el bienestar.

Siguiendo con esta nueva sección, compuesta por esas preguntas que he recibido y que despiertan la curiosidad y el interés de muchos de ustedes, hoy hablaré de cómo me siento al compartir un pedazo de mí en lo que escribo.

Esta es la pregunta del mes: