Comienza el año nuevo pensando en ti
Estamos llegando al último blog del 2024 y me da mucho gusto poder compartir este momento contigo. En mi caso, siento que este año ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, así que me ha costado algo de trabajo hacer un análisis de dónde estoy para replantear mis intenciones de cara al año que inicia. Te escribo estas líneas porque tal vez te encuentras en una situación similar.
Como reflexión, creo que hacer una pausa en estas fechas no es casualidad y que, de alguna forma, sirve para tener tiempo de visualizar de forma objetiva lo hemos hecho en el transcurso del año; algo así como establecer un punto de partida y ver hacia dónde vamos.
Ojo: estoy consciente de que no todos podemos hacer una pausa y de que muchos estamos dando la vuelta al calendario en un momento en el que “se supone” que debemos tener un plan de acción listo. Sin embargo, piensa que hacer este análisis puede suceder en cualquier momento. El hecho de que se promocione como cosas propias de fin de año no significa nada ni es exclusivo de estas fechas.
Para definir nuestros propósitos es útil hacer un análisis con conciencia y presencia. Esto nos permite cerrar con intención el año y reconocer lo que ha sucedido: los logros, el aprendizaje, los cierres, los cambios, los ajustes y todo eso que de alguna forma se va “acomodando”. Piensa en todo lo que está alineado con lo que para ti es importante, o bien, con esas razones por las que has decidido hacer modificaciones.
Ya hemos platicado muchas veces que el ser humano es un ser de hábitos y que parte de nuestra naturaleza, y de las cosas que nos dan estabilidad, son las actividades que hacemos diariamente. Por lo mismo, muchas veces no queremos salir de lo conocido y de eso con lo que estamos familiarizados. No queremos hacer cambios, ya sea por miedo, comodidad o desconocimiento.
Sin embargo, recuerda que no podemos esperar resultados diferentes si siempre hacemos lo mismo. Tenemos que darnos un tiempo de claridad para visualizar un entorno que puede beneficiarnos, con todos sus elementos. Analiza qué quieres ver y cómo te quieres sentir en cada proyecto, con cada persona, o en cada parte de tu vida. Revisa qué te hace feliz y qué te roba la paz. A partir de eso, tendrás los elementos necesarios para establecer los pasos y las cosas que se alinean con tu proyecto de vida y bienestar.
Piensa, ¿qué entorno me hace feliz? ¿Qué entorno facilita que mi proyecto de vida sea posible? Estas son situaciones que puedes crear, así que cuestiónate, ¿cómo es mi situación de trabajo ideal y cuál es la de descanso? ¿Dónde me siento más “yo”, que realmente brillo y que estoy dando mi mayor potencial? Ya sabes, hablo de esas actividades que te llenan y en las que te sientes en plenitud.
Tener claridad ayuda a que las decisiones que tomes sean en función de tu proyecto de vida y que de ahí puedas ir sumando; que todas las decisiones y acciones prácticas del día a día estén alineadas con eso y tengan sentido, sin que sean restrictivas o limitativas. Enfócate en hacer ajustes y desarrollar hábitos que te ayuden a lograr tus objetivos, preguntándote a ti mismo cómo puedes tener más de lo que necesitas y desechar aquello que se desalinea con lo que quieres lograr.
¿Cómo puedes hacer más de lo que disfrutas? Pues eliminando todo lo que no necesitas y abriéndote a recibir. Permítete hacer lo que tú quieres, no por berrinche o capricho, sino desde la convicción de que eso es realmente lo que quieres y sintiéndote pleno con lo que eso conlleva.
Te invito a que realices esta actividad. No siempre es fácil tener claro lo que queremos, y a veces es mucho más complejo definir lo que no queremos.
Te deseo un 2025 pleno, donde abraces esa vulnerabilidad, todas las fortalezas que cada día te impulsan, y el compromiso que tienes contigo mismo de crecimiento y plenitud.
Gracias por un año más juntos.