Mi día de descanso

Ya sea por el acelerado ritmo de vida que muchos de nosotros llevamos o por todas esas demandas de nuestro día a día, la mayoría de las personas dejan al descanso al final de su lista de cosas por hacer.

Asimismo, y de forma equivocada, algunas personas confunden al descanso con la flojera, o sienten que si descansan no están siendo productivos. Es más, muchos creen que darse un “break” es una “pérdida de tiempo”.

En este blog hemos hablado varias veces de la importancia que tiene el permitirnos un tiempo de recarga y de darle a nuestro cuerpo y mente ese tiempo de desconexión que tanto necesita. Hoy pensaba de nuevo en ello y en lo vital que es cargar pilas, especialmente después de esos periodos de trabajo más exigentes o de esas semanas en las que estamos trabajando en un proyecto que nos demanda horas extra — hablo de esos días de trabajo más largos, sin interrupciones y en los que estamos enfocados al 100.

Reitero lo crucial que es otorgarnos un tiempo para recuperarnos, reconocer el trabajo realizado, aplaudirlo y disfrutarlo. Merecemos darnos un tiempo para apreciar lo que hicimos, además de relajarnos y prepararnos para lo que sigue.

Sé que lograrlo requiere también tiempo de análisis y que hay que programarnos para que suceda, pero esta es una de las cosas en las que podemos ir haciendo avances enfocados en nuestro bienestar. Observa cuál es tu relación con este tema y qué tanto te das permiso de descansar y desconectarte de todo.

En mi caso, disfruto mi día alejándome de cosas que drenan mi energía, desde las redes sociales hasta las actividades sociales que no disfruto hacer (ya sabes, me refiero a esas veces en las que dices: “fui por compromiso”).

Aprovecho así el día para realizar mis actividades favoritas, desde escribir, nadar o ir a ver el amanecer en la playa, hasta elegir algo de mi infinita lista de series y películas (que tengo atrasada), cocinar mis recetas favoritas, ir a un spa, dormir, leer o tomarme un café sin prisas.

Espero que compartir mi lista te inspire a añadir cosas nuevas a la tuya y, sobre todo, a que finalmente te des ese merecido espacio solo para ti. Y tú, cuéntame, ¿cómo disfrutas tu día de descanso?

¡Hoy es un buen día para empezar!