Dormir bien - 3ra parte

Dormir bien - 3ra parte

El ser humano es un animal diurno por naturaleza, lo cual significa que durante el día estamos despiertos y en las noches debemos dormir. Sin embargo, hemos normalizado el reducir las horas de sueño en nuestro día a día. La energía eléctrica, algo tan indispensable en nuestra vida, hace que engañemos a nuestro cuerpo y nos opongamos a su horario natural de descanso. A esto podemos aumentarle sonidos, movimiento, alimentos y toda la información que dentro de nuestra rutina diaria impacta e interrumpe nuestro ciclo natural.

En la actualidad, es común depender de algún tipo de relajante, estabilizador de sueño o pastillas para dormir, resultando en despertar al día siguiente– sin haber conseguido un sueño reparador y sintiéndonos aún sin energía – y recurrir a estimulantes como la cafeína, el azúcar o cualquier energizante para compensar el no tener un ritmo de descanso saludable. Esto crea un círculo vicioso y una codependencia que merma nuestro bienestar de muchas formas.

Dentro de las cosas que más impactan nuestro sueño y descanso reparador están lo que comemos y la hora en que lo hacemos. Recuerda que una de las principales tareas que nuestro cuerpo debe realizar durante sus horas de descanso son la regeneración y la limpieza del cuerpo. Ahora imagínate lo que sucedería si el cuerpo, en lugar de dedicar ese tiempo a estas tareas, se tuviera que enfocar en la digestión. ¿Qué crees que sucedería entonces con las otras tareas que debe realizar? Y si a esto le agregas que las horas que tiene para realizarlas son reducidas, ¿dónde crees que almacenará lo que no pudo limpiar? Si no puede aprovechar los nutrientes que le diste, regenerarse y limpiarse, todo eso se irá acumulando causando un deterioro progresivo en tu cuerpo.

Piensa en lo que pasa cuando no tienes tiempo para hacer la limpieza de tu casa, ¿cómo se van acumulando las cosas sucias en cada área? De esa misma forma impactamos a nuestro organismo.

Conforme nos volvemos más conscientes de nuestros patrones de sueño, los horarios en que consumimos nuestros alimentos (específicamente la cena) y lo que comemos durante el día, podemos decidir mejor sobre este tema.

Mis consejos, fáciles de implementar, son:

  • Come alimentos variados durante el día, limitando el consumo de azúcar, alimentos procesados y cafeína (ésta última evita consumirla después de las 3 de la tarde).

  • Revisa tu horario de cena y experimenta con alimentos más ligeros, evitando comer a altas horas de la noche. Lo ideal sería que no consumieras alimentos después de las 9:00 p.m. Sé que para muchos puede sonar como un gran reto, pero puedes empezar modificando dos o tres días a la semana, de forma que después cenar fuera de ese horario sea la excepción, no la regla.

  • Evita ingerir muchos líquidos antes de acostarte. A menudo esto provoca que tengamos que ir al baño a media noche, lo que interrumpe nuestro ciclo de sueño y la calidad de éste.

¡Hoy es un buen día para empezar!


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