¿Cuál es tu pretexto?

¿Cuál es tu pretexto?

Hace unos días, en una de las sesiones de coaching 1:1, mi cliente y yo revisábamos los avances y logros realizados durante los primeros 3 meses del programa. Entre las cosas que analizamos estaba cómo mi cliente se sentía con respecto a pensar en el bienestar o a pensar en un cambio de hábitos como parte de un estilo de vida saludable, antes de que iniciara con este proceso.

Para mí está claro que la forma en la que se promueve el concepto de salud, en muchos casos, es como algo complejo, y tristemente esto crea la idea de que la salud no es para todos.

Las frases que más escucho son: “no tengo tiempo”, “no es para mí”, “cuando termine esto”, o “ya después le daré prioridad a ese otro tema”. Realmente la lista de pretextos que nosotros mismos hacemos para “justificar” el no ponernos como prioridad es enorme.

Otra parte compleja es la imagen que tenemos de nosotros mismos. Vivimos sintiéndonos juzgados y creemos que por no cumplir con ciertos requisitos estamos mal, creando así un caparazón enorme. No es fácil dejar entrar a una persona con la que puedas sentirte vulnerable y abrirte realmente para expresar lo que está mermando tu bienestar.

Hemos intentado muchas cosas, y sentir que no funcionan crea un sentimiento de “algo está mal en mí” o “yo soy lo que está mal”. Sin embargo, esta no es necesariamente una forma real de entender cómo funciona tu cuerpo. ¿Cuántas veces hemos ido al nutriólogo y, después de una semana de no ver ningún movimiento en la báscula, recibimos un comentario como: “¿estás seguro que no hiciste trampa?”, o “pues algo estás haciendo mal, porque de lo contrario estaríamos viendo avances”?

Parte del proceso que manejamos en mi programa es trabajar en hacer ajustes de acuerdo con tu estilo de vida que sean alcanzables, que no te enfrentes al dilema de no poder realizarlos y te causen ese sentimiento de culpa que al final hace que abandonemos el proyecto más importante de nuestras vidas: nuestro bienestar.

Me gusta crear balance, entenderte, y tomarme el tiempo de trabajar de la mano contigo para fijar tus objetivos de forma real, basados en experiencia y en lo que la vida nos va presentando cada día. Mi intención es darte las herramientas necesarias para que puedas tomar la decisión que mejor se adapta a tus metas, y que si por alguna razón tienes frente a ti una opción que no es necesariamente adecuada, sepas cómo manejarla.

Adoptar el bienestar de una forma natural, y dejar que entre a tu vida con todos los cambios que eso represente. La sesión de revisión de metas que comenté terminó, entre otras cosas, escuchando que mi cliente, entre todos los beneficios que ha experimentado y no siendo esa su prioridad, ha bajado de peso de forma gradual y sin esfuerzo. De hecho, comer más fue una de las primeras cosas que modificamos en su estilo de vida.

Me siento afortunada de poder ser parte de historias como ésta: me motiva a seguir creando y aprendiendo. Sé que no es fácil iniciar, pero estoy convencida de los beneficios que brinda el darle al bienestar el papel primordial que tiene en nuestra salud.

¡Hoy es un buen día para empezar!


Dormir bien - 3ra parte

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Dormir bien - 2da parte

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