Mi licuado favorito
Ya hemos hablado de los beneficios y valores nutricionales de sustituir uno de nuestros alimentos del día por un licuado. En ocasiones justificamos el no cuidarnos, ya sea por tener una agenda llena de trabajo u otras tareas diarias, así que esta opción es perfecta para ti.
Ahora bien, ¿cómo podemos asegurarnos de que la receta es realmente adecuada, o de que la opción que tengo disponible en el gimnasio también lo es?
Un licuado o “smoothie”, como también se le conoce en muchos lugares donde se preparan, debe contener estos 4 ingredientes en cualquiera de sus formas:
Proteína – puedes obtenerla como suplemento alimenticio en polvo. Hay varias marcas disponibles en la mayoría de los supermercados, y una de mis favoritas es Proteína Falcon; yo normalmente consumo la de sabor vainilla pues es fácil de combinar. En caso de que esta opción no sea la adecuada para ti, el colágeno hidrolizado u otros alimentos como almendras, semillas de cáñamo (hemp) y hojas verdes son también fuentes de proteína.
Grasas saludables – en este rubro entran alimentos como el aguacate, el aceite de coco, el MCT, el cacao, las semillas de ajonjolí, el girasol, las mantequillas de nueces sin azúcar añadida, o bien nueces, almendras, etc. Uno de sus beneficios es que te ayudan a sentirte saciado por más tiempo.
Fibra – alimentos como semillas de chía, semillas de linaza, etc. Uno de los tantos beneficios de la fibra es que ayuda al organismo a construir bacterias buenas que nuestro estómago necesita para realizar el proceso de digestión. Además, remueve toxinas, retarda el proceso de absorción de la glucosa y tiene propiedades antiinflamatorias.
Hojas verdes – puedes agregar un puñado de espinacas o kale (col rizada/versa) o bien, escoger una de las opciones de estos productos en su versión deshidratada y en polvo que venden en los supermercados. Opciones: matcha, alga espirulina, alga clorela, o una mezcla de vegetales verdes deshidratados conocida como Super Greens. Entre sus propiedades encontramos que apoyan a prevenir el daño celular y que proveen antioxidantes, antinflamatorios, vitaminas y minerales, entre otros..
Así como elijes todo lo demás que consumes, cuida la calidad de estos alimentos y lee las etiquetas. En los lugares que venden licuados ya preparados, como gimnasios, restaurantes o cafeterías con productos saludables, revisa qué ingredientes usan y las cantidades que agregan. Presta especial atención a ingredientes como el cacao (la mayoría usa chocolate y el contenido de azúcar es mayor) y a la cantidad de fruta que añaden (lo ideal es que solo incorporen un tipo de fruta).
Una receta que te puede servir de guía:
• 1 porción de proteína de vainilla – usa la cuchara medidora de la marca que compres.
• 1 taza de moras azules – puedes sustituirlas con mezcla de moras y fresas o bien, con medio plátano.
• 1 taza de leche vegetal – puede ser de almendra, coco, macadamia, avena o arroz.
• 1 cucharada de semillas de chía – puedes cambiarla por linaza.
• 1 puñado de espinacas frescas – o bien una cucharada de la opción de vegetales verdes que tengas: matcha, espirulina, o Super Greens.
• ¼ de aguacate – puedes sustituirlo con dos cucharadas de aceite de coco, o con una cucharada de mantequilla de nueces sin azúcar.
Mezcla todo en la licuadora por unos minutos y agrega un poco de hielo a la mezcla. Si la consistencia te gusta más diluida, agrégale más líquido.
Experimenta con algunos sabores y verás que el licuado se volverá uno de tus alimentos favoritos y una alternativa saludable para esos días cuando tienes poco tiempo para comer, o bien, para darle un descanso a tu digestión.
¡Hoy es un buen día para empezar!