Preparando mi licuado como un verdadero pro
Varias veces me han preguntado por recetas fáciles y adecuadas para preparar licuados. Como ya hemos platicado anteriormente de los múltiples beneficios que tienen y de lo prácticos que son, esta vez me enfocaré en compartir contigo la receta que más disfruto preparar:
Licuado de moras con espinacas
1 taza de moras congeladas
1 vaso de leche (yo uso leche vegetal)
1 medida de proteína en polvo
1 medida de colágeno hidrolizado
1 puño de espinacas (puedes sustituir por kale, también conocida como col rizada)
1 cucharadita de chía
1 cucharadita de mantequilla de almendras
Ponlo todo en la licuadora y deja batir por unos minutos. Si no te gustan los licuados demasiado espesos (como a mí, que prefiero una consistencia más líquida), puedes agregar un poco de agua.
También puedes sustituir las moras por plátano, o agregar semillas de linaza o algún superfood adicional como maca, cacao, alga espirulina o alga chlorella, acai, semillas de hemp, etc. Yo trato siempre de variar los ingredientes para asegurarme de incluir todos los nutrientes que mi cuerpo requiere y evitar consumir siempre los mismos.
Asimismo, puedes agregar dos o tres cucharadas de avena, sobre todo cuando el licuado es tu alimento pre- o post- entrenamiento. La avena ayuda tanto a la recuperación de tus músculos como a la reserva de energía que requieres para entrenar.
Algunas veces, en función de la actividad que esté haciendo ese día, hago ajustes a mi mezcla, como reducir cantidades, o agregar un shot de café expreso si el licuado es parte de mi pre-entrenamiento.
Para los que piensen que el sabor de las espinacas o alguna hoja verde como el kale o la acelga puede ser dominante, sepan que la mezcla de todos los ingredientes disfraza el sabor, volviéndolo amigable y prácticamente imperceptible; esto las convierte en una excelente alternativa para aportar ese balance alcalino que el licuado necesita.
En cuanto a la proteína en polvo, muy pronto hablaré más de este tema ya que he recibido muchas preguntas al respecto. Sé que hay una amplia variedad de proteínas de dónde escoger, por lo que puede ser complicado seleccionar la más adecuada. Por el momento, busca la opción de sabor más natural posible. Los sabores “natural” o “vainilla” suelen ser los más fáciles de mezclar. Para las personas a las que, como yo, no les gusta el sabor de la Stevia (la cual está incluida en la mayoría de estos productos), las versiones “natural” y “vainilla” son las que generalmente no la contienen.
En lo que concierne a la mezcla de moras, yo prefiero comprar fresas, frambuesas, moras azules y zarzamoras naturales (las de Costco son mis favoritas), con las cuales preparo mi propia mezcla metiéndolas al congelador en un contenedor. No obstante, las opciones de mezclas que venden ya congeladas también pueden funcionar. Por ejemplo, hay unas fresas grado “A” (así dice la bolsa) que tienen un sabor delicioso.
También congelo los plátanos previamente pelados y partidos en porciones más chicas. Por cierto, trato de congelarlos cuando no están demasiado maduros porque me gustan más cuando aún no están muy dulces.
En cuanto a ponerle azúcar o algún endulzante, debes saber que la fruta ya es dulce por sí misma. Una de las cosas que cuido es no agregar más “dulce” cuando el sabor natural ya lo es, así que no veo necesario agregar nada más. Asimismo, parte de lo “engañoso” de muchos de los lugares donde venden licuados es que la mayoría son verdaderas bombas de azúcar. ¡Hay quienes hasta le agregan miel! Créeme, no la necesitas: tu paladar agradecerá que le ayudes a identificar otros sabores, no solo lo dulce.
Si dejas que la mezcla sea un poco más espesa, puedes utilizarla como base para preparar lo que en algunos lugares venden como “smoothie bowl”. Sírvela en un tazón y ponle encima rebanadas de fruta fresca (fresas, un poco de plátano, etc.), semillas, nueces, coco rallado, granola, etc. Esto te ayudará a darle un nuevo giro a tu licuado en esos días que quizá tienes más tiempo para comer, en los que se te antoja algo un poco más sustancioso.
Tip de pro: cuando consumas el licuado, “mastícalo”. Ya sé que pensarás que esto no tiene sentido, pero, al masticar, nuestras papilas digestivas segregan enzimas que son parte de la digestión, así que al hacer el movimiento de masticar ayudarás con el proceso digestivo. Si al principio te cuesta trabajo hacerlo, puedes agregar un poco de granola al licuado una vez hecho; de esta forma te “forzarás” a masticar un poco.
Espero que disfrutes mi receta y te invito a que pruebes distintas mezclas. Como siempre, te recuerdo que cuides la calidad de los ingredientes y productos que utilizas como si tu salud dependiera de ello.