Encontrando el punto de balance en tus emociones
Nuestro camino hacia el bienestar está lleno de emociones. Algunas de ellas son desconocidas, pero muchas otras son sentimientos que conocemos de sobra y que sabemos identificar muy bien.
Estos son algunos consejos para identificar mejor tu emoción y buscar ese punto de balance que ayudará a evitar que te sientas abrumado.
Siente la emoción. Nota las sensaciones físicas que provoca; es decir, observa con atención la reacción de la emoción en tu cuerpo. Todas las emociones tienen su representación fisiológica. A veces con solo poner atención a estas reacciones es suficiente para que se calmen. Algunos ejemplos de estas reacciones son sentirse agitado, presentar temblor en las manos o cambios en la respiración, entre muchas otras.
Llámala por su nombre. Hay sentimientos que son similares. Por ejemplo, la ansiedad, la emoción y el miedo pueden presentarse como mariposas en el estómago. Elige el nombre que se sienta más preciso, algo como: “me siento enojado/confundido/frustrado.” Ponerle un nombre a la emoción puede ayudarte a disminuir el agobio provocado por la incertidumbre, así que defínela lo mejor que puedas. Por cierto, si no puedes definir claramente la emoción en ese instante —que también es importante—, toma nota de cómo te sientes y podrás identificarla mejor en el futuro.
Expresa la emoción en privado. Seguro hay momentos en los que hablas contigo mismo en voz alta y te sientes un poco loco. En lo personal, esta práctica me ha ayudado mucho a identificar distintas emociones—tanto las positivas como las que merman mi capacidad de ser feliz de manera natural. Si nunca lo has hecho, inténtalo. Mírate en el espejo o haz como yo, que hablo conmigo misma cuando voy manejando, así como si estuviera platicando con otra persona, sacando todo sin tapujos, o bien, describiendo cómo me siento; de esta manera, he “desmenuzado” muchas situaciones.
Libera tu emoción con un ritual. Elige lo que armonice mejor contigo, ya sea bailar, escribir, dar un paseo, correr, brincar, etc.; todas las anteriores son excelentes formas de canalizar las emociones.
Celebra tu proceso y aplaude tus logros. Definir una emoción requiere tiempo y, en muchas ocasiones, mucho trabajo interno, así que celebra haciendo algo que disfrutes. ¡Has hecho un gran trabajo!
Tener un marco para comprender el propósito de las emociones puede proporcionarte más información sobre tus experiencias personales con ellas. Reflexionar sobre si experimentas una emoción a mayor o menor escala que otros, si tiendes a la ira o a la satisfacción, o si creciste con creencias acerca de ciertas emociones —que pueden llevarte a suprimirlas —son formas de comenzar el proceso de comprender y administrar tu forma única de experimentar el mundo.
Recuerda siempre que no hay sentimientos equivocados.
¡Hoy es un buen día para empezar!