Conforme hemos ido aprendiendo y familiarizándonos más con la definición de bienestar, considero que también nos ha quedado más claro que la definición de salud va mucho más allá de una simple “ausencia de enfermedad”. ¿A qué me refiero con esto? Pues a que el no estar enfermos no significa que seamos personas sanas.
Nuestro bienestar se ve impactado por muchas áreas, incluyendo lo que pensamos, lo que sentimos, nuestra capacidad física o de movilidad, la alimentación, las amistades, las relaciones personales, el trabajo, el descanso, cómo aprovechamos nuestro tiempo, lo que aprendemos, nuestros momentos creativos, y muchas cosas más.