La dieta crudivegana es un tipo de alimentación que se basa en consumir alimentos vegetales, en su mayoría crudos y sin procesar, como frutas y verduras frescas, semillas, nueces, granos, frutas secas, algas marinas y germinados.
Una particularidad que la caracteriza es que omite aquellos alimentos que se procesan o cocinan significativamente. Por ejemplo, al menos el 75% de los alimentos que la constituyen deben estar vivos o crudos. Asimismo, la mayoría de las personas incluye una cantidad limitada de alimentos que se han cocinado, siempre y cuando los alimentos nunca se calienten a más de 45 grados centígrados.
Esto se debe a que los amantes de la comida cruda (el apodo para los devotos de esta dieta) creen que calentar los alimentos por encima de los 45 grados centígrados destruye las enzimas críticas de los alimentos, las cuales ayudan a la digestión y la absorción de los alimentos. Además, creen que los alimentos cocinados por encima de esta temperatura pierden una cantidad significativa de su valor nutricional y son perjudiciales para el cuerpo, mientras que los alimentos crudos proporcionan enzimas vivas y el mayor valor nutricional posible.