Hoy quiero hablar de la importancia que tiene el hacer espacio en nuestra vida para que lleguen cosas buenas. ¿A qué me refiero con esto? Pues a que, en muchas ocasiones, nuestro día a día puede estar saturado de cosas negativas, como resultado de una fijación poco saludable de poner mayor atención a aquello que nos agobia.
Un problema en el trabajo que no puedes resolver fácilmente, una situación con un amigo que te hace sentir mal, o algo que te provoca una profunda tristeza son sólo algunas de las cosas que pueden sumergirte en una espiral de la que no es tan sencillo salir.
Sin embargo, al mismo tiempo que suceden cosas que nos afectan, también pasan otras maravillosas, así que el ejercicio que quiero proponerte el día de hoy es un paulatino cambio de perspectiva. Lo digo así porque no sucede de la noche a la mañana, pero es un proceso que puede hacernos sentir mucho mejor.