La magia de observar el proceso
Hace unos días leí esta frase: “Nada en la naturaleza florece todo el año”, y me pareció un principio muy sabio que aplica en muchas situaciones. Cuando pensamos en la naturaleza, es muy normal comprender que cada etapa de un proceso existe para servir un propósito; por ejemplo, si no hubiera invierno, entonces la primavera o el verano no serían lo que son.
Hoy quiero invitarte a que observes la naturaleza y lo mucho que aprendemos de los ciclos que ella maneja. Sé paciente con tu proceso y con la etapa en la que estás. Vivimos con mucha presión, proveniente de los diferentes medios que están a nuestro alcance, y eso nos hace creer que un logro solo es adecuado si es perfecto e inmediato, cuando en la realidad parte del encanto proviene de cada una de las etapas que vives hasta llegar a tu objetivo.
Date el tiempo de hacer ajustes, de analizar dónde estás y hacia dónde quieres ir, y de ver qué es lo que ya no sirve en tu esquema de prioridades. Somos seres en movimiento, así que el cambio es una constante, sin contar que, además, este proceso lleva altas y bajas —no todas sencillas de manejar ni de entender.
Abrázate y cuida lo que es importante para ti, tus valores y tus metas. El ponernos como prioridad puede ser un camino desconocido que involucra miedos y ajustes, y para el que tal vez creemos no estar listos, pero recuerda que no hay prisa; tómate el tiempo que necesites y continúa.
¡Hoy es un buen día para empezar!