Siguiendo con el tema de esos hábitos que no solo no aportan nada, sino que más bien restan mucho a nuestra rutina diaria, hoy quisiera hablarles sobre los apegos que no son sanos y que a veces son difíciles de detectar.
Para empezar, analicemos qué son: se conocen como falsos apegos y son esas conexiones emocionales poco saludables con personas, conductas, objetos, o incluso pensamientos que ya no nos sirven, es decir, que ya no tienen mayor relevancia en este punto de nuestras vidas.
Estos apegos pueden ser altamente dañinos, ya que suelen agotar tu energía y dejarte sin pila. Hay muchos ejemplos, pero entre los más comunes están las relaciones tóxicas, conductas y pensamientos que ya no se alinean con donde estás ahora y el aferrarse a posesiones materiales que ya no tienen ningún propósito.