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El hábito de los falsos apegos

Siguiendo con el tema de esos hábitos que no solo no aportan nada, sino que más bien restan mucho a nuestra rutina diaria, hoy quisiera hablarles sobre los apegos que no son sanos y que a veces son difíciles de detectar.

Para empezar, analicemos qué son: se conocen como falsos apegos y son esas conexiones emocionales poco saludables con personas, conductas, objetos, o incluso pensamientos que ya no nos sirven, es decir, que ya no tienen mayor relevancia en este punto de nuestras vidas.

Estos apegos pueden ser altamente dañinos, ya que suelen agotar tu energía y dejarte sin pila. Hay muchos ejemplos, pero entre los más comunes están las relaciones tóxicas, conductas y pensamientos que ya no se alinean con donde estás ahora y el aferrarse a posesiones materiales que ya no tienen ningún propósito.

¿Cómo puedo evitar el autosabotaje?

En el artículo anterior hablábamos acerca de lo importante que es revisar los hábitos que conforman nuestra rutina diaria con el fin de reconocer aquellos que tienen un efecto negativo en ella. Por ello, quisiera explicarte más a fondo en qué consiste cada uno de ellos.

Comenzaré por el autosabotaje. Esta acción es llevada a cabo de forma consciente e inconsciente y puede ser una barrera en las distintas áreas de tu vida. Suele verse de diferentes maneras, como procrastinación, un diálogo interno negativo o la carencia de límites sanos.

Identificando los hábitos negativos en la rutina diaria

Hace unas semanas platicaba con un grupo de trabajo sobre el tema de los hábitos y la relación que estos tienen en nuestra búsqueda de mejora. Coincidimos en que muchas veces nos enfocamos en agregar nuevos hábitos a nuestra rutina, pero—y fue ahí donde comenzamos a hacer un análisis más profundo— también coincidimos en que quizás la clave para lograr el bienestar no está en la suma, sino en la resta.

¿A qué me refiero con esto? Pues a que casi siempre estamos pensando en agregar cosas a la lista y no dedicamos el mismo tiempo a revisar de forma consciente los hábitos que ya tenemos y que mermarán, o bien, serán un obstáculo en la integración de un nuevo hábito —independientemente de lo adecuado que sea o de la importancia que tenga.

Hoy te comparto la lista de cinco hábitos que considero que impactan de forma negativa en el logro de nuestros objetivos, los cuales, una vez eliminados, pueden desbloquear un camino más claro hacia el bienestar, la productividad y el crecimiento personal.

El amor propio como pilar fundamental en tu camino al bienestar

Una de mis tareas como coach de salud es ayudar a mis clientes a conectarse con sus verdaderas motivaciones para trabajar en su bienestar. Durante mis años de experiencia, he podido detectar que es mucho más fácil mantener hábitos saludables desde el amor (especialmente por ti mismo) que desde el miedo.

Esto funciona así: cuando tienes una fuerte relación contigo mismo, naturalmente querrás hacer cosas que nutran tu mente, tu cuerpo y tu alma. Contrariamente, si tu salud comienza a sentirse como una tarea o un trabajo, es hora de profundizar e identificar cuál es tu motivación.

¿Por qué el amor propio es esencial para lograr cualquier objetivo de salud?

Mis clientes acuden a mí con varios objetivos, desde cómo elegir alimentos más saludables o controlar el estrés, hasta cómo implementar una nueva rutina de ejercicios, pero hacer estos cambios en tu vida puede resultar abrumador cuando no tienes una base sólida para conectarte y confiar en ti mismo.

No dejo de preocuparme, ¿qué me está pasando?

Preocuparse es prácticamente inevitable. Ocurre de forma natural como respuesta ante un problema existente o potencial que nos causa ansiedad e incertidumbre. Puede considerarse un mecanismo de defensa que tiene su razón de ser, pero que hay que saber manejar.

Como seres humanos, y desde tiempos ancestrales, hemos tenido que resolver los problemas que se nos presentan. Para ello, recurrimos a las vivencias del pasado que nos han enseñado algo, pero nos inclinamos hacia la rumia, que es darle vueltas a un pensamiento, a una idea, o a un posible problema de manera reflexiva y que involucra el arrepentimiento o la autocrítica, o vemos a futuro, lo que puede ser en sí la preocupación, que genera estrés y malestar si es excesivo.

El poder analizar qué hemos hecho en el pasado para resolver un problema y anticiparnos a lo que puede pasar es lo que muchas veces nos saca delante, como si fueran nuestras herramientas. Sin embargo, el problema de preocuparse comienza cuando se convierte en algo obsesivo y excesivo, donde caemos en una espiral de negatividad, con pensamientos catastróficos que solo nos hacen daño y nos quitan la paz.

Crear espacio para que lo bueno llegue

Hoy quiero hablar de la importancia que tiene el hacer espacio en nuestra vida para que lleguen cosas buenas. ¿A qué me refiero con esto? Pues a que, en muchas ocasiones, nuestro día a día puede estar saturado de cosas negativas, como resultado de una fijación poco saludable de poner mayor atención a aquello que nos agobia.

Un problema en el trabajo que no puedes resolver fácilmente, una situación con un amigo que te hace sentir mal, o algo que te provoca una profunda tristeza son sólo algunas de las cosas que pueden sumergirte en una espiral de la que no es tan sencillo salir.

Sin embargo, al mismo tiempo que suceden cosas que nos afectan, también pasan otras maravillosas, así que el ejercicio que quiero proponerte el día de hoy es un paulatino cambio de perspectiva. Lo digo así porque no sucede de la noche a la mañana, pero es un proceso que puede hacernos sentir mucho mejor.