Hace unos días leí esta frase: “Nada en la naturaleza florece todo el año”, y me pareció un principio muy sabio que aplica en muchas situaciones. Cuando pensamos en la naturaleza, es muy normal comprender que cada etapa de un proceso existe para servir un propósito; por ejemplo, si no hubiera invierno, entonces la primavera o el verano no serían lo que son.
Hoy quiero invitarte a que observes la naturaleza y lo mucho que aprendemos de los ciclos que ella maneja. Sé paciente con tu proceso y con la etapa en la que estás. Vivimos con mucha presión, proveniente de los diferentes medios que están a nuestro alcance, y eso nos hace creer que un logro solo es adecuado si es perfecto e inmediato, cuando en la realidad parte del encanto proviene de cada una de las etapas que vives hasta llegar a tu objetivo.