Y tú, ¿con quién quieres pasar estas fiestas?

Y tú, ¿con quién quieres pasar estas fiestas?

Hace unos días leí un artículo sobre lo que podría llamarse “el arte de reunirse” y, pensando en estas fechas en las que las reuniones sociales, laborales y familiares regirán nuestra agenda, me ha parecido relevante compartir contigo algunos de los puntos que más resonaron conmigo.

El tema principal a considerar sería la “invitación intencional”, que es el acto de elegir entre ir o no a una reunión, el cómo y el por qué. Veámoslo paso por paso.

1. Iniciaremos con el discernimiento.

Cuando recibas una invitación (y antes de aceptarla o declinarla), haz una pausa y observa cómo te sientes al respecto. ¿Te emociona? ¿Te da miedo? ¿Te da igual? ¿Es una mezcla de emociones?

No te preocupes por responder inmediatamente a la invitación. Primeramente, presta atención a cómo te sientes y por qué te sientes así.

En estas fechas que estarás recibiendo diferentes tipos de invitaciones, te invito a preguntarte:

- ¿A cuáles reuniones quiero asistir realmente?

- ¿Con quién quiero pasar tiempo o con quién quiero convivir?

- ¿Qué espero compartir y con quién?

- ¿Con qué o con quién me siento comprometido y por qué?

El discernir no significa eliminar toda obligación —mucho menos cuando, por alguna razón, no tenemos más opción que asistir a un determinado compromiso—, pero sí te permite hacer una pausa para elegir de forma más activa tus compromisos.

Recuerda que no se trata de aceptar de forma mecánica algo a lo que, quizás, al analizarlo bien, podrías decir que no; más bien se trata de estar seguro de no perderte por nada del mundo de la oportunidad de reunirte en comunidad con ese grupo de amigos, compañeros o familia que significa tanto para ti.

2. Considera eso de lo que te nutrirás en una determinada reunión.

Muchas veces usamos la palabra nutrir en lo relativo a nuestra alimentación. Sin embargo, en este contexto, no estoy hablando de ese tipo de nutrición. En la era digital que vivimos, tenemos “dietas” de información. ¿Qué incluye tu dieta? Haz una revisión reflexiva de lo que eliges leer vs. lo que solo revisas para perder el tiempo y “distraerte”.

Ahora bien, si examinas la cantidad y el tipo de reuniones que decidas organizar o en las que decidas participar durante un periodo de tiempo específico y el cómo eso nutrirá las diferentes áreas de tu vida, podrás darte cuenta de que tú puedes elegir la cantidad, el ritmo y la frecuencia de estas reuniones, ya sea en tu rol como anfitrión o como invitado. Para hacer esto, considera las siguientes preguntas:

- ¿Cuáles son mis prioridades en este momento y cómo podría esta reunión ser útil o, de lo contrario, ser una distracción?

- En este momento, ¿a cuántas reuniones puedo asistir que sean significativas por semana o mes? ¿Qué es para mí una reunión "significativa"?

- Si las reuniones son algo que impactará tu dinámica familiar (horarios, niñeras, días de la semana), entonces, pregúntate: ¿cuántas reuniones (y de qué tipo) puedo manejar sin que impacten mi dinámica familiar?

- Piensa ahora en esas reuniones a las que no quieres asistir por gusto y cuestiónate: ¿cuándo debo ir de todos modos por “honrar” mi relación con el anfitrión?

Somos mejores invitados cuando elegimos cómo pasamos nuestro tiempo, así que tómate un momento para analizar cómo y con quién quieres pasar el tuyo, y entonces confirma o declina la invitación.

Todo esto es práctica. Es poderoso experimentar el reconocimiento de estar donde quieres estar. Cuando comenzamos a pensar más intencionalmente y actuamos acorde a ello es cuando comenzamos a cerrar la brecha entre la vida que queremos y la vida que vivimos.

¡FELICES FIESTAS!

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¿Listos para las fiestas?

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