Mis Primeros 50
Hoy cumplo 50 años y me siento inmensamente feliz. Pienso en lo increíble que ha sido este viaje y en que estoy lista para muchos años más de vida plena; una vida llena de sueños, momentos mágicos, retos, aprendizaje, viajes y buenas pláticas con vino y comida deliciosa en compañía de todas esas personas que son importantes y que, de una u otra forma, están cerca de mí.
También me gusta pensar en cómo ha sido mi vida en cada una de sus etapas, con todo y los momentos fuertes, las enseñanzas, las pérdidas, los amores, los amigos y la familia. Revivo experiencias a través de mis recuerdos, como los viajes, vivir en diversos lugares y tener trabajos diferentes.
A mi cabeza vuelven esos personajes que solo estuvieron un instante en mi vida y que conviven en mi mente con los que están siempre presentes, esos que se han mantenido a mi lado por muchos años. Doy gracias a cada uno de ellos por el impacto que ha tenido en mis primeros 50 años, sobre todo por lo aprendido y lo logrado.
Considero que sería injusto decir que una etapa ha sido más importante o de mayor impacto que otra. El trabajo interno de estos últimos años me ha hecho más consciente de quién soy y de qué es lo que me gusta, lo que realmente disfruto y lo que quiero hacer. Eso me ha permitido poner en perspectiva otras etapas de mi vida y “observarlas” de nuevo, tomando en cuenta las circunstancias y el conocimiento que tenía en ese momento para hacer lo que era mejor para mí, y ¿saben qué? Me siento muy orgullosa de ello.
Esto no quiere decir que todos hayan sido momentos fáciles; en muchas ocasiones hubo situaciones complejas e intensas, que estaban fuera de mi poder y que dolieron, creando heridas —algunas muy profundas. He podido observarme dentro de esos momentos también y abrazarme ahí, para luego sentirme segura y darme cuenta de que mucho de lo que he experimentado, en cada una de esas etapas, forma ahora parte de mí.
Agradezco también mi naturaleza curiosa, de siempre querer saber más y de seguir aprendiendo y experimentando. Me recuerdo así desde muy pequeña, cuestionándome y buscando algo nuevo que hacer.
Hay una frase que mi papá repetía mucho cuando yo era pequeña: “Martha siempre hace lo que le da la gana” y hace relativamente poco me di cuenta del gran impacto que esa frase ha tenido en mí. Considero que, en efecto, mi vida ha sido así. He hecho lo que he querido, lo sigo haciendo y, sobre todo, valoro mucho poderlo hacer. Para mí, poder hacer lo que quiero —para mi bienestar, mi balance y el conjunto de cosas que forman los pilares de mi vida— es de vital importancia.
Doy gracias a la vida por todo esto: por permitirme ser lo que soy ahora, por estar rodeada —desde cerca y desde lejos—de mucho amor, por las áreas de aprendizaje y crecimiento, y por todo lo que puedo compartir cada día a través de mi familia, mis amigos y mi trabajo en todas sus facetas.
A ti que formas parte de esta etapa, gracias por ser y estar, por tu apoyo, por lo que aprendemos juntos y por todo lo que me permites compartir.
Ahora sí, lista para el pastel, las velas y ¡a brindar por los primeros 50!