¿Qué es el yoga?
Hoy me gustaría hablarles acerca de una práctica que tiene un gran número de beneficios y que sin duda considero que es una gran herramienta en nuestro camino al bienestar: el yoga.
Esta antigua tradición tiene su origen en la India y su nombre hace alusión a la unión de cuerpo y mente, ya que “yoga” significa “unidad” en sánscrito. Dicho esto, no es de extrañar que esta práctica reúna a seguidores de todas partes del mundo.
Cada 21 de junio y desde el año 2014 se conmemora el Día Internacional del Yoga, por lo que este año cumple 10 años de ser celebrado. Su objetivo principal es hacer que seamos conscientes de ese impacto tan positivo que tiene el yoga en nuestras vidas a nivel físico, mental y espiritual.
El hecho de que esta fecha sea también el inicio del verano en el hemisferio norte y el solsticio de invierno al sur del ecuador no es coincidencia, sino un guiño a la relación de esta milenaria práctica con la energía, el bienestar y el entorno en general.
Ahora en día, las personas suelen practicar diferentes tipos de yoga según el enfoque que prefieran o sus necesidades personales. No obstante, en lo que todos coinciden es en que se trata de mucho más que una actividad o una forma de hacer ejercicio, ya que tiene un efecto transformador que promueve un estado de armonía entre mente y cuerpo de manera holística.
Esto quiere decir que el yoga integra diferentes áreas de nuestra vida, conectando tanto con la parte física como con la más profunda de nuestro ser (como el alma y el espíritu) para ayudarnos a descubrir nuestra propia identidad y nuestro propósito en la vida.
Por medio de la respiración consciente —conocida como pranayama—, la meditación y el movimiento, el yoga apoya al sistema nervioso, reduciendo el estrés y generando una sensación de paz y tranquilidad.
Para darte una idea, una práctica consiste en varias asanas, que son posturas que requieren de concentración, coordinación y equilibrio, manteniendo dicha respiración consciente. Estas asanas ayudan a la resistencia, fortalecen los músculos, mejoran la flexibilidad y apoyan al sistema circulatorio, entre muchos otros beneficios. La Postura del Niño, Utkatasana y Savasana son algunas de las más conocidas.
Sé que muchos de ustedes ya han incluido esta práctica en su estilo de vida y que coinciden conmigo en el impacto positivo que tiene en su día a día. Aunque no la realizo de manera tan regular como quisiera, intento hacerla de forma continua y en sus diferentes versiones. Unas son más retadoras que otras, pero también son muchos los momentos en el tapete donde encuentro ese balance que tanto me ayuda en mi propio camino hacia el bienestar.
Te invito a que te des la oportunidad de integrar el yoga a tu rutina. No subestimes o creas que las posturas son fáciles o que no se alinean con tu rutina de ejercicio. Créeme cuando te digo que descubrirás músculos que no sabías que tenías y que un movimiento a simple vista “inofensivo” puede resultar sumamente retador.