Ya estamos de lleno en la época de reuniones y celebraciones, donde siempre hay una buena excusa para propiciar momentos de fiesta y convivencia. Dichas reuniones, como ya hemos platicado antes, pueden tener un gran efecto en nuestro bienestar físico, en los hábitos que hemos estado trabajando todos los días y, sin duda, en nuestra salud mental, así que es importante tomar todo esto en cuenta para cuidarnos de forma correspondiente.
El sentir la presión social, tanto la fundamentada como la que solo vive en nuestra cabeza, impacta de muchas formas nuestro estilo de vida saludable. La semana pasada recibí muchos comentarios sobre este tema, y una de las inquietudes que más compartieron conmigo fue el establecer sanos límites para estas fechas, y lo drenante que puede ser asistir a lugares o celebraciones donde existen varios factores que nos ponen a prueba y afectan cómo nos sentimos.
Poner límites sanos y aprender a decir “no” no significa que seas inaccesible, que te estés perdiendo de algo, o que sufrirás de “FOMO” (“Fear of Missing Out”, que es ese sentimiento de tristeza por no haber sido parte de algo). Más bien, esta práctica te ayuda a que te des tiempo para revisar tus prioridades, decidir cómo te quieres sentir y elegir de forma consciente (y no por impulso) aquello que esté alineado con lo que para ti es relevante.