El aceite de oliva extra virgen, un verdadero imperdible
Ya hemos hablado de la importancia de incluir grasas saludables a diario en nuestra alimentación, y esto es debido al enorme impacto que tienen en nuestras funciones, tanto a corto como a largo plazo. Lo curioso es que mucha gente no lo sabe. Por más increíble que parezca, la calidad, la frecuencia y la cantidad de grasas saludables que consumimos en nuestro día a día influye en cómo envejeceremos y en las enfermedades que podríamos padecer.
Una de las opciones a las que tenemos acceso de forma fácil es el aceite de oliva, mismo que podemos incluir en nuestra alimentación de diversas formas aportando múltiples beneficios. Como plus, es un producto muy apreciado en la gastronomía por su suave sabor y su versatilidad.
Entrando en materia, el aceite de oliva extra virgen es llamado así porque en su procesamiento no se añade ningún otro producto, es decir, no tiene colorantes ni conservantes que alteren su sabor, sus propiedades o su pureza.
Aunque este aceite está compuesto casi 100 % de grasas, recordemos que son grasas monoinsaturadas e insaturadas, por lo que no son perjudiciales para la salud y no contribuyen al aumento del colesterol. Por otra parte, contiene ácidos grasos del tipo omega-3 (los cuales no son producidos por nuestro cuerpo), polifenoles, vitamina E y un compuesto llamado oleocanthal, presente de manera única en el aceite de oliva extra virgen.
Estos son sus principales beneficios:
Ayuda a mantener un peso saludable
Es una pieza clave en aliviar la inflamación del cuerpo, incluyendo dolores musculares y de articulaciones
Previene el deterioro mental. Recordemos que las grasas saludables son el principal nutriente de nuestro cerebro y que las neuronas las utilizan para su adecuado desarrollo y mantenimiento
Tiene propiedades anticancerígenas
Equilibra los niveles de insulina en la sangre
Apoya al sistema inmunológico
Es rico en antioxidantes y otros nutrientes esenciales
Controla la presión arterial
Regula el colesterol
Es útil en el tratamiento de úlceras
Su uso externo tiene beneficios capilares y de gran hidratación para nuestra piel
Ahora que tienes más claro cuáles son las múltiples ventajas de integrarlo a tu dieta diaria, es primordial que cuides la calidad del aceite extra virgen que consumes. Busca que sea prensado en frío y, de preferencia, de primera extracción. Esto significa que no ha sido sometido a ningún tipo de alta temperatura o método de refinación que altere su composición y, por ende, provoque que pierda sus propiedades.
Esta es la pieza clave al momento de comprarlo, por lo tanto, ¡tómatelo en serio y lee la etiqueta! Si no está claramente indicado, entonces busca otra marca que sí lo especifique, de lo contrario de nada servirá que lo consumas y terminarás consumiendo un aceite vegetal cualquiera.
Otro punto importante a observar es que el aceite de oliva extra virgen debe ser consumido frío, así que no lo cocines a altas temperaturas porque modificarás sus propiedades (se quema) y se convertirá en un aceite oxidado.
Tip de pro: el aceite de oliva debe conservarse en botellas de vidrio opacas, por lo tanto, si la botella es transparente de color claro —aunque la etiqueta diga SALUDABLE—, no lo compres.
Espero que estos consejos te ayuden a incorporar este valioso ingrediente a tu alimentación diaria y, si ya lo consumes, te invito a que revises de nuevo la botella de tu aceite de oliva preferido y te asegures de que sea lo que debe ser.