Una reflexión para iniciar bien la semana

Una reflexión para iniciar bien la semana

Ayer recordé unos artículos que compartí hace tiempo y pensé en compartirlos de nuevo hoy, y es que hay días en los que creo que la forma más simple de ver nuestra evolución es observar todos esos pequeños avances que hemos logrado con el paso del tiempo. Ellos me hacen darme cuenta de que nuestro desarrollo tiene muchos matices y que no hay solo una “meta” a seguir.

A medida que he avanzado, me he vuelto más consciente y he aprendido a:

  • Reconocer la forma en que me hacen sentir las personas que me rodean

  • No ocupar espacio en lugares donde no me siento deseada

  • Abrazar y disfrutar la simplicidad

  • Comprender a otros y ser más compasiva

  • Recordar que cada uno de nosotros está haciendo las cosas lo mejor que puede

  • Escuchar la forma en que responde mi sistema nervioso

  • Identificar qué es lo que me causa ansiedad

  • Reconocer los momentos en los que me siento más plena y, por llamarlo de una forma, más “en mi elemento”

  • Entender que las pequeñas cosas de la vida son de hecho las más grandes (abrazos que duran un poco más, un mensaje de texto, esa canción que me hace bailar)

  • Apreciar que el “cómo se siente mi vida” siempre es más importante que el “cómo se ve mi vida”

  • Aceptar que aquello que pensé que una vez quería ya no se alinea con lo que ahora soy y quiero

  • Que siempre hay espacio para la bondad

Creo fervientemente que hay mucho poder en lo que vamos aprendiendo en el camino conforme vamos evolucionando al paso de los años. Creo que esas versiones que encontramos de nosotros mismos después de ajustes—de todo tipo y por diferentes razones— nos dejan ver una versión más plena de nosotros mismos.

Espero que esta reflexión te haga pensar un poco y te invito a que leas (o releas) estos artículos y me cuentes qué resonó en ti o qué te gustaría añadir.

¡Hoy es un buen día para empezar!

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