Un recordatorio para ser más consciente de cómo te sientes a lo largo del día
Una práctica que aplico constantemente en mi vida es realizar una revisión honesta para detectar esos patrones de conductas o situaciones que impactan mi bienestar. Mi consejo al llevar a cabo esta práctica es que te observes sin juicio y que recuerdes que no se trata de ponerse en el papel de víctima, sino más bien de mantener una mente abierta y curiosa y plantearte preguntas como “¿cómo puedo marcar la diferencia?”, o “¿cómo puedo asegurarme de que mi vida se sienta más intencional?”
Tómate un tiempo en tu día para observar cuidadosamente lo siguiente:
Cuando tu sistema nervioso se siente activado (¿qué lo detona?).
Cuando te sientes mejor.
Con quien estás cuando te sientes a gusto.
Con quien estás cuando te sientes menos a gusto.
Quien está para ti, en las buenas y en las malas, de forma auténtica. Hablo de ese sistema de soporte que es real; de esa persona que sabes que, cuando te pregunta cómo estás, va más allá de simplemente contestar bien.
Cuando sientes alegría o te sientes pleno.
Cuando te sientes agotado y lo que lo causa, ya sea de forma física o ese agotamiento mental que, muchas veces, es el resultado de convivir con personas que te drenan o se sienten tóxicas en tu círculo.
Cuando te sientes con energía.
Cuando te sientes con el estado de ánimo más bajo.
Cuando te sientes inspirado.
Los momentos en que estás para ti y te pones como prioridad.
Cuando te gusta la persona que estás siendo.
Cuando te sientes enamorado de tu vida.
Sin duda, este es un ejercicio que te invito a hacer. Darte el tiempo para este tipo de dinámica te ayudará a definir qué áreas impactan en tu bienestar y su magnitud.
