Cómo ser amoroso con uno mismo
En respuesta al artículo de la semana pasada, muchos de ustedes mostraron interés por saber cómo se ve el amor propio en la práctica, así que hoy ahondaremos un poco más en este tema que considero esencial.
Sin duda, la capacidad de hacerte responsable de manera amorosa y tener límites saludables contigo mismo es una de las mejores formas de practicar el amor propio de forma tangible. Cabe destacar también que el amor propio, un amor incondicional, te permite tratarte a ti mismo de forma amorosa, incluso cuando te decepcionas a ti mismo.
No te da necesariamente la libertad de hacer lo que sea, pero sí te ayuda a enfrentar miedos, buscar apoyo para trabajar en comportamientos de auto-sabotaje, esforzarte por tomar riesgos saludables, profundizar para sacar lo mejor de ti mismo, y ser honesto cuando te arrepientes de una acción o cuando tomas una mala decisión. Todo esto cae en la categoría de responsabilidad.
Con amor propio, todo lo anterior se puede lograr sin vergüenza ni juicio. La simple conciencia y un sentido de responsabilidad amorosa hacia ti mismo serán la clave. Tomando esto en cuenta, quiero compartir contigo estos consejos que pueden ayudarte a ponerlo en práctica más fácilmente:
1. Desarrollar una relación sana con la autodisciplina
La responsabilidad y la autodisciplina van de la mano. Muchas personas piensan que la disciplina tiene una cualidad de castigo, pero no tiene por qué ser así. Cuando ves la autodisciplina como un aliado para lograr tus metas, sacar lo mejor de ti y cuidarte bien, esta se convierte en un profesor interno amoroso que se impone solo porque quiere lo mejor para ti.
Haz que la disciplina sea amena y que la disfrutes, algo así como darle a tu “juez” interno un nombre simpático o una personalidad alegre. Asegúrate de que sea amable y que conozca el valor de tomar un descanso, es decir, que sepa que también debe haber días para desconectarse y divertirse.
2. Aprende a hablar contigo mismo sobre cosas difíciles o dolorosas de manera amable
Hablar con uno mismo de forma gentil es algo que todos deberíamos practicar. Muchos de nosotros somos producto de culturas, hogares o sistemas educativos donde los adultos no sabían bien cómo responsabilizarnos de una manera amorosa. De hecho, la mayoría nos hablaba de la misma forma en que ellos fueron modelados cuando eran jóvenes; en muchos casos a través del juicio y la vergüenza.
La próxima vez que te decepciones, usa la experiencia para practicar el amor propio y habla contigo mismo de una manera tranquilizadora, incluso mientras te haces responsable de lo que sucede.
3. Sé honesto y compasivo contigo mismo
A menudo nos damos cuenta de que cuando necesitamos hacer un gran cambio en nuestras vidas, de esos que nos dan miedo, no sabemos bien cómo realizarlo. Por ejemplo, no encuentras la manera de alejarte de un comportamiento destructivo, dejar adicciones, separarte de una pareja o cambiar tus creencias. Sin embargo, algo dentro de ti “hace clic” y sabes en tu instinto que debes hacerte responsable de cambiar u obtener ayuda para hacerlo.
Un primer paso para mostrar compasión hacia nosotros mismos es estar orgullosos de haber podido ver y poner en perspectiva ese comportamiento que nos está causando daño.
Muchas veces nos cuesta ser honestos al responsabilizarnos de algo, quizá porque tememos la dura condena que viene con ello. Pero, en realidad, sacas lo mejor de los demás y de ti mismo cuando eres compasivo y te responsabilizas.
4. Trabaja en tu “yo” futuro
Hacer responsable a tu “yo” presente de manera amorosa es cuidar de tu “yo” futuro. ¿A qué me refiero con esto? A lo importante que es el ser consciente de que las decisiones que tomas hoy serán algo que tu “yo” futuro agradecerá dentro de unos años. Por esto, replantea las situaciones y alenta a tu “yo” presente a cuidar de tu “yo” futuro.
En conclusión, encuentra formas amorosas de responsabilizarte. De esta manera, la responsabilidad podrá convertirse en una experiencia enriquecedora e incluso divertida.
¡Hoy es un buen día para empezar!