Este es un tema esencial cuando hablamos del bienestar y la alimentación. Me atrevería a decir que todos, en algún momento u otro, nos hemos visto altamente tentados por los antojos, mismos que nos pueden hacer sentir atrapados o que son más fuertes que nosotros. Nos hacen sucumbir, aun cuando estamos intentando por todos los medios posibles no hacerlo.
Si lo analizamos de forma general, los antojos son señales que manda nuestro cuerpo para avisarnos que necesita un nutriente en específico. En realidad, se trata de una capacidad fenomenal de nuestro organismo, comparada a cuando se enciende un foco rojo en tu automóvil, avisándote que hay algo que no está funcionando bien y que necesita revisión, ya sea una falta de aceite o porque requiere alineación y balanceo.
Primeramente, debemos entender qué es un antojo y qué lo produce. El antojo es una de las formas que tiene nuestro organismo de mandar señales a nuestro cerebro para avisar que tiene hambre o que requiere de alguna proteína o nutriente.