No sé si conoces esta sensación, pero muchas personas tienen días en los que sienten como si todo fuera demasiado; en los que llegan a ese punto en el que pareciera que todo está a punto de desbordarse; en los que la vida les sobrepasa y encuentran difícil regresar al centro.
Me queda claro que esta acumulación de estrés, ansiedad, situaciones que nos rebasan y sentimientos que nos hacen confrontarnos y reevaluar nuestras prioridades no es algo que sucede de un día para otro; es un cúmulo de cosas que tal vez en un momento dado no sabemos manejar y que, por llamarlo de alguna forma, se sale de control.
Conforme vamos trabajando en ser más conscientes de nuestros detonantes, patrones, estilo de vida y de esos estresores que nos impactan, es común tener más momentos en los que nos sentimos al límite. Pero, ¿por qué pasa esto? Pues porque en lugar de ignorarlo, taparlo o no entenderlo, aprendes a reconocerlo y, en consecuencia, se vuelve más complejo no verlo, no sentirlo y no hacer nada al respecto.