Burnout en mi entorno laboral

Burnout en mi entorno laboral

Como sabes, parte del trabajo que realizo está enfocado en el Bienestar Corporativo. Durante estas semanas que hemos hablado del “burnout” he recibido varias preguntas de personas que quieren saber cómo pueden identificarlo y revertirlo dentro del lugar de trabajo. Dado que el trabajo es uno de los lugares donde pasamos la mayor parte del día —incluso para aquellos que no necesariamente van a una oficina pero trabajan desde casa o en cualquier otro tipo de actividad—, el mantener un balance dentro de nuestra vida laboral y personal es sin duda un pilar de nuestra salud.

Mucho de lo que mencionamos en el artículo de la semana pasada aplicaría para cualquiera de los temas que surgen en un área de trabajo, pero siendo aún más específicos y pensando que muchos de ustedes tienen a su cargo equipos de trabajo, he decidido describir esto más a detalle.

Quizá el punto más importante para ayudar a revertir el agotamiento excesivo es hacer que la salud mental y el bienestar de los empleados sean parte de los intereses primordiales de la organización. Si lo vemos en números, no es rentable seguir incorporando y capacitando nuevo personal a medida que el actual se “quema” y renuncia, o necesita tomar tiempo libre para recuperarse.

Algunas sugerencias de cómo abordarlo dentro de una organización:

  • Fomentar un sentido de comunidad y objetivos comunes. Esto puede ser tan simple como tener una reunión o junta semanal o quincenal para conectarse con compañeros de trabajo a nivel personal cara a cara, incluyendo temas comunitarios para trabajar en el autodesarrollo como equipo.

  • Hacer de la salud mental y del bienestar una prioridad y que estos formen parte de la filosofía de la empresa, por ejemplo, creando incentivos o simplemente haciendo que sea divertido participar en desafíos de bienestar incluyendo la meditación, el estado físico y la nutrición.

  • Los empleadores pueden ayudar a los empleados a priorizar su ciclo de sueño. Un ejemplo sería establecer horas libres de correo electrónico (algo así como de 8 p.m. a 8 a.m.); es decir, tener una franja de tiempo en la que no se espera que nadie responda al correo electrónico ya que es momento de "descansar y restaurar". Además, no se debe festejar o incentivar que los empleados respondan a altas horas de la noche. Existen excepciones como proyectos ocasionales donde esto será necesario, más no debe ser algo de todos los días ni la forma de “demostrar” que estamos trabajando. Esa actitud de “dormiré cuando me muera” es extremadamente tóxica. No dormir seguramente te llevará allí más rápido: recuerda que dormir es la cosa número uno que nos ayuda a rejuvenecernos y a cuidar nuestro cerebro a diario.

  • Respetar horarios de comida. Dejemos de normalizar que “malpasarnos” sea una muestra de profesionalismo o de ser más eficientes en nuestro trabajo. Nuestro cuerpo requiere alimentarse de forma adecuada y hay que nutrirlo para que realice sus funciones. Muchas empresas cuentan con comedores de empleados y el tener alimentos nutritivos evitando ingredientes tóxicos o altamente procesados ayuda al rendimiento y a la productividad laboral. Si se ofrecen alimentos que no son adecuados, ¿cómo se puede esperar que los empleados realicen sus funciones de forma correcta?

  • Crear en la empresa un programa de salud y bienestar que incluya una amplia variedad de opciones para mantener a todos interesados e inspirados. Esta es un área que sigue siendo muy básica en nuestra cultura laboral; se tiene la creencia de que el bienestar es algo aburrido, y más aún que representará un gasto o que será algo poco accesible para nuestra organización.

La realidad es que ya hay muchas opciones en el mercado, talleres informativos, retos, actividades en comunidad, así como unas de mis favoritas y que considero fundamentales: las pláticas informativas donde los empleados y compañeros de trabajo pueden aprender de este tema.

Son cosas que creemos saber, pero de las que en realidad aún estamos muy alejados. Vivimos rodeados de mitos sobre la salud y sobre lo que significa ser “valioso” en nuestra parte profesional.

Al normalizar estos temas ayudamos a que las personas se puedan identificar con estas situaciones y entenderlas como lo que son para de ahí poder pedir ayuda de ser necesario, o bien, implementar ajustes que les permitan estar bien.

  • Implementar una rutina matutina de autocuidado en la cultura de la oficina. Por ejemplo, 2 minutos de meditación o respiración consciente antes de encender la computadora, o hacer un ejercicio rápido de gratitud para mantener a todos en el momento presente y enfocados en las tareas del día para no comenzarlo con el estrés de las cosas que están a semanas de distancia. Un descanso de unos minutos en grupo, realizar una actividad o sostener una plática de unos minutos (no relacionada al trabajo necesariamente) puede ser muy efectivo.

Quizá esta información te ayude a sugerir esto dentro de tu empresa, implementarlo, o a ayudar desde tu área a hacerlo. No justifiques el no hacerlo solo porque no existe un sistema de bienestar organizacional dentro de tu empresa. ¿Tienes gente a tu cargo? ¿Tienes equipos de trabajo? ¿Respetas sus horarios de trabajo? ¿Sus horas de comida? Revisa cuáles de estas sugerencias puedes aplicar en tu equipo: los beneficios de trabajar con un equipo motivado, con personas que se sientan parte de un objetivo y valorados, serán innumerables.

No subestimes el valor de cuidar tu ambiente laboral; quizá algunas cosas que leíste aquí te parezcan absurdas, inalcanzables o fuera de nuestra realidad laboral, pero piensa que no todos los cambios tienen que suceder al mismo tiempo. Al ir haciéndonos conscientes de la importancia de este tema podrás ir dándole prioridad, incluirlo en tu presupuesto, buscar opciones creativas, y acercarte a la persona dentro de tu organización que esté a cargo de este tipo de cosas.

Y si tú eres esa persona, no uses la bandera de “tengo otras prioridades” o “esto es solo una pérdida de tiempo”: necesitamos crear ambientes de trabajo más saludables.

¡Hoy es un buen día para empezar!


Burnout en mi entorno laboral - 2da parte

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