Recomendaciones para vencer el “burnout”
Saber qué es el “burnout” y muchas de sus causas nos ayuda a tomar conciencia y conectar con nuestro cuerpo para saber distinguirlo.
Una vez que lo tenemos identificado nos preguntamos: ¿qué hacemos con esto? Hay varias cosas que podemos hacer para contrarrestar los efectos que el agotamiento excesivo provoca o para evitarlo. Entre mis favoritas se encuentran las siguientes:
Crea conexiones y relaciones que sean significativas. Algo así como formar un sistema de apoyo con esas personas con las que puedes platicar y desahogarte de las situaciones que pueden estarte estresando. A veces pensaríamos que esas horas en el café—o de vinos con las amigas y cervezas con los amigos— son tiempo perdido, pero en realidad no lo son. Somos seres sociales, lo que significa que necesitamos sentir una conexión, sentir que pertenecemos a una comunidad, y que somos importantes dentro de la misma. Otras opciones son hacer actividades con amigos como andar en bicicleta, correr, hacer yoga, caminar, nadar, etc. Pertenecer a estos grupos y actividades fuera de tus rutinas de trabajo y obligaciones diarias tiene un gran impacto en nuestra salud.
Rodéate de gente bien intencionada. Seguro has escuchado que “una persona es el promedio de las cinco personas más cercanas a ella” y sin duda estas personas tienen una gran influencia en tu vida ya que continuamente estás cerca de ellas, conviven en el día a día y forman parte de tu “sistema de apoyo”. Si permites que personas con personalidades tóxicas estén cerca de ti, ellas drenarán tu energía y en muchos casos potenciarán las situaciones de estrés por las que estés pasando. Ya sabes, te hablo del típico amigo al que le mencionas un problema que tienes y que en lugar de solo ser tu apoyo y escuchar comienza a enlistar las historias de terror que ha tenido, o bien le “echa más leña al fuego”. Es momento de revisar dónde estas en este tema y, de ser necesario, hacer ajustes. Piensa y ponte siempre como prioridad: tú mereces estar bien y las demás personas no son responsables de ello.
Prioriza tus horas de sueño. Ya hemos hablado de la importancia de dormir bien: necesitamos de 7 a 8 horas de sueño para que nuestro cerebro y cuerpo puedan recuperarse, así que dale prioridad a este tema y analiza tus patrones de dormir. ¿Eres de los que se desvelan varias horas viendo la serie de moda o viendo la pantalla de tu celular, pendiente de las redes sociales? ¿Despiertas sintiéndote descansado o agotado?
Piensa que tener sueño de calidad será de las cosas que más impacto tendrá (si no la que más) a la hora de manejar tu estrés físico, emocional y mental. Es como recargar tu celular, si lo vas cargando por etapas, más estás envejeciendo la batería.
Cuida tu alimentación. Es importante que concienticemos el impacto que nuestra alimentación tiene en nuestra energía y concentración. Esto es clave para vencer el agotamiento, así que debemos pensar en términos de nutrición. Las frutas y verduras frescas aportan vida y nutrientes a nuestras células, así como un aumento de energía. También ayudan a nuestro cuerpo a desintoxicarse de forma natural, por lo que es importante que pensemos en qué "agregar" y que tratemos de no restringirnos.
Algo crucial será hacer cambios paulatinos. No se trata de ir de cero a cien en una semana ya que eso no es sostenible, y francamente lo último que necesitas cuando estás cerca del agotamiento excesivo es agregarle más estrés a tu organismo. Quizá el sábado es un día que puedes dedicarte a cuidar más tu alimentación, así que puedes decidir tomar ese jugo verde que entre semana no puedes, o bien tener más frutas, nueces y semillas disponibles que sabes ayudarán a saciar tu hambre y —¿por qué no admitirlo?— para tus momentos de ansiedad.
Diviértete y disfruta las cosas simples de la vida. ¿A qué me refiero con esto? Conforme vamos creciendo se nos olvida esa parte fundamental de divertirnos y nos metemos en ese papel de “adultos responsables” que no tienen permiso de divertirse y pasarla bien. Encuentra esa actividad que te relaja, que te ayuda a reírte y que despeja tu mente permitiendo que esa zona creativa y divertida salga a relucir. Dale la importancia que merece, agrega en tu calendario una hora a la semana que será únicamente para divertirte y obviamente no la canceles. Una clase de baile, pintar, ir a un museo, una galería, jugar algún deporte, juegos de mesa, patear un balón y cantar son tan solo algunas ideas. Recuerda qué disfrutabas hacer de niño. Es más, hasta una hora de no hacer nada (sin redes sociales y sin “tener” que documentarlo en ellas) funciona.
Tu rutina de las mañanas. Tener una rutina en las mañanas al despertar, desde respirar, meditar, o escribir, también es de gran ayuda. O bien, tomar unos minutos sin prisa para estirar tu cuerpo, prepararte un desayuno o tomar tranquilo ese café que tanto disfrutas. Seguro piensas que es algo imposible y que realmente no tienes tiempo de “perder el tiempo”. Sin embargo, los efectos que tiene iniciar de esta forma tus mañanas ayudarán a que puedas ser más productivo durante el día y a que empieces tu trabajo y actividades con una mente más enfocada. No subestimes el poder de ayudar a tu mente a enfocarse.
Considero que estos son los puntos primordiales a considerar. Ahora prueba, analiza estas sugerencias y revisa dónde estas tú. Ya sabes, no se trata de juzgarte o criticarte porque lo que estás o no haciendo, el objetivo es reconocerlo para de ahí poder hacer ajustes paulatinos.
¡Hoy es un buen día para empezar!