Ayuno intermitente
El ayuno intermitente es una de mis prácticas favoritas dentro de un estilo de vida saludable. Comenzaré aclarando que ayunar es cualquier momento en el cual no estamos comiendo, así que no necesariamente significa que uno debe matarse de hambre para que sea adecuado.
Piensa en esos días en los que tienes visitas en casa y en el altero de platos que se juntan para lavar. Usualmente las visitas despiertan a diferentes horarios y van apareciendo en la cocina por etapas; por ende, lavar los platos se vuelve una tarea que no se acaba hasta que, a eso de la 1:00 p.m., ya todos terminaron de desayunar y por fin puedes dejar de lavar. Sin embargo, para ese momento, el que desayunó más temprano ya comienza a pensar en qué habrá de comer y entonces hay que preparar algo, así que más platos se vuelven a acumular.
A eso de las 5:00 p.m., hemos terminado con el servicio de comida. ¡Ah! pero entonces se nos antoja un café con un pan, ya sabes, el snack de la tarde. Unos platos más, una cuchara, y así seguimos acumulando, hasta que más o menos a las 7:00 p.m. ya dejamos la cocina limpia. Pero, ¿qué crees? Esa es la hora en que salimos de trabajar y ahora hay que cenar, así que nuevamente hay que preparar algo y ensuciar más platos. Finalmente, como a las 10:00 p.m. cuando estabas a punto de terminar de limpiar, “alguien” propone comer un helado de chocolate en lo que ven una película. ¿Ya viste a dónde quiero llegar?
Nuestro cuerpo requiere un tiempo de pausa, sin consumir alimentos, para poder realizar todas sus funciones sin tener que enfocarse exclusivamente en el proceso de digestión. La digestión es uno de los procesos que más energía requieren para realizarse; por eso, el cuerpo tiene que dedicarle más tiempo “olvidando” el resto de sus funciones. Lógicamente, nunca habrá tiempo de lavar el patio cuando estamos todo el día lavando trastes.
De la misma forma, cuando ayunamos, le damos oportunidad al cuerpo de realizar sus funciones de forma más optima, comenzando por darle tiempo suficiente para la digestión de los alimentos, la limpieza de nuestros órganos y la creación de células nuevas y más saludables, entre muchas otras cosas.
Según la naturaleza del ser humano, antes era normal que tuviéramos etapas de ayuno prolongadas ya que no siempre había comida a nuestro alcance, y mucho menos en las porciones que ahora consumimos. A diferencia de antaño, actualmente tenemos acceso a alimentos todo el tiempo, un refrigerador lleno, la despensa surtida y comemos varias veces al día. Además, la mayoría de las veces comemos porciones grandes y no necesariamente de los alimentos más adecuados para nutrirnos.
Muchos de los mitos de nuestra alimentación —creados por la industria alimenticia— están basados en la premisa de que debemos de comer varias veces al día, que el desayuno es el alimento más importante, etc., pero nadie nos explica cómo funciona nuestro organismo y por qué necesitamos comer.
En el siguiente blog te contaré mucho más sobre el ayuno y sus beneficios, y te proporcionaré algunos tips sobre cómo llevarlo a cabo, incluyendo las reglas de oro para que sea realmente adecuado y no algo con lo que puedas estar atentando contra tu salud. Mientras tanto, observa tus patrones de alimentación, incluyendo con qué frecuencia comes al día y cuántas veces son porque realmente tienes hambre.
Analiza también cuántas veces comes porque sientes que “debes” hacerlo a cierta hora del día, y cuánto tiempo pasa entre las comidas que realizas. Pregúntate: ¿a qué hora es mi última comida y a qué hora es mi primera comida al día siguiente? Esto te ayudará a entender mejor tus hábitos y a comenzar tu camino hacia un ayuno exitoso.
