Abraza los cambios en tu vida
Hace unos días escuché un podcast donde se hablaba acerca de la torpeza de los nuevos inicios, de los nuevos roles que repentinamente “debemos” desempeñar, y del impacto que esto puede tener en nuestras vidas. Eso me inspiró a compartir con ustedes lo que pienso al respecto, ya que yo también creo que una de las partes más complicadas de hacer un cambio así es el periodo de ajuste, y yo quiero ayudarte a verlo desde otra perspectiva.
Pero, ¿por qué sentimos que cambiar es algo difícil? Bueno, pues eso es porque muchas veces es incómodo salirnos de esa zona segura en la que nos sentimos bien, donde ya conocemos cada paso, y en la que, de cierta forma, el resultado ya está perfectamente calculado. Al final, esa seguridad hace que nos sintamos en “control” de lo que pasa en nuestras vidas y termina por convertirse en parte de nosotros.
El reto aparece cuando, al modificar la ecuación, dejamos de tener el “control” sobre lo que obtendremos y comenzamos a experimentar diferentes emociones. Algunas de las más fuertes son, sin duda, el miedo a equivocarnos, la rareza de lo desconocido, el no saber si la decisión tomada es la adecuada, la incomodidad de lo nuevo y, obviamente, la incertidumbre que supone el elegir otro camino.
Quizá ya no estabas contento con los resultados que tenías o ya era el momento adecuado para hacer ajustes, pero, de todas maneras, esos cambios dan miedo.
Algo que analizaba de forma especial es el enfoque con el que afrontamos la situación, ya que es común que al hacer alteraciones “neguemos” lo difícil que esto puede ser. Es importante reconocer que los cambios no siempre son fáciles y que no dejan de tener su parte caótica. En la mayoría de los casos, no estamos preparados para ellos, tal vez porque entramos en terreno desconocido o porque no sabemos bien qué esperar. A final de cuentas, la teoría no siempre es igual a la práctica y pasamos por varias etapas.
De cierta manera, esa mezcla de miedo e ilusión es lo que forma el motor de los cambios que estamos haciendo. Quizás la intensidad es proporcional al temor: entre más ilusión tengas, más fuerte será el miedo que ayudará a impulsarte.
Sentir miedo a fracasar, a no ser suficientemente buenos, a no estar haciéndolo bien, a no haber tomado la decisión adecuada, a soltar, a cambiar de amistades, a empezar un nuevo trabajo o posición, a alejarte de cosas que no se alinean con tus objetivos, entre muchas otras, son algunas de las emociones que nos inundan cuando hacemos ajustes en nuestro estilo de vida.
El que la decisión sea la correcta no le quita complejidad al proceso de tomarla, y tomarla tampoco reduce lo complicado del ajuste ni los miedos que le rodean.
Lo que hoy quiero compartir contigo es que es normal que se sienta incómodo, que es normal que no siempre sepamos cómo reaccionar o cómo vivirlo, y que es normal no saber qué vamos a sentir una vez que estemos ahí, pero también quiero que sepas que sentirte así no es “malo”, sino que es parte del proceso —sentirnos “torpes” al realizar una nueva tarea es parte del aprendizaje y del crecimiento. La magia de la evolución involucra este proceso, así que, más allá de maquillarlo, veámoslo como una etapa necesaria.