El camino hacia tu versión más saludable
En varias ocasiones he mencionado que nuestra salud y nuestro bienestar no son una meta, ya que no podemos decir: “hoy es el día en el que estoy más saludable” o “ya llegué al máximo grado de bienestar que puedo alcanzar”. Una vez que entendemos que nuestro bienestar es un proceso y que cada día trabajamos en él, mantenerse dentro del objetivo mayor de sentirnos bien y estar saludables se convierte en una tarea más fácil.
Cada uno de nosotros tiene diferentes requerimientos, y lo que necesitamos para estar bien irá cambiando a lo largo de nuestras vidas. En cada etapa es imprescindible hacer “ajustes” para perseguir nuestro objetivo y, si no hacemos los cambios necesarios, sin duda llegará el momento en que nos veremos obligados a hacerlos.
Al inicio, el camino puede ser muy confuso. Tenemos, por un lado, numerosas opciones y fuentes de información que hacen difícil decidir por dónde empezar, o que incluso pueden hacernos pensar que un ajuste no es algo fácil de incorporar. Por otro lado, muchas veces pensamos que solo mediante ajustes drásticos – todo o nada – lograremos hacer cambios y, por ende, minimizamos o descalificamos cualquier esfuerzo que estamos realizando en la actualidad.
Pero empezar no tiene por qué ser tan difícil. Antes que nada, piensa en qué es bienestar para ti. Identifica cuál sería tu versión más saludable, cómo te sentirías, qué cambiarías, y cómo sería tu vida diaria. Piensa en qué componentes tendría que llevar, y analiza qué elementos descartarías.
Luego, identifica cuáles son las cosas que ya estás haciendo por tu salud, tomando en cuenta todos los cambios y ajustes que hayas incorporado a tu vida con este objetivo. Por último, piensa en cómo te sientes física, mental, emocional y espiritualmente, y en cómo describirías a tu versión más saludable en solo 3 o 4 palabras.
Una vez que tengamos las respuestas anteriores, apoyemos a este proceso entendiendo dónde estamos y cuál es nuestro punto de partida. No todo lo que ya hacemos es malo: es crucial darle valor a lo que actualmente estamos haciendo en favor de nuestra salud y reconocer que esos avances, aunque pequeños, también son parte del todo.
Reconecta con la motivación del por qué estás haciendo esto, identificando qué está pasando en tu vida en este momento que te motiva a poner tu bienestar como prioridad. Piensa, por ejemplo, en por qué quieres estar mejor, y en cuál de esos motivos es tu razón principal.
Después, analicemos qué te detiene, o qué es lo que se interpone entre tú y tu versión más saludable. Examina estos obstáculos, y evalúa cuántos son reales y cuántos son pretextos, ya que quizá algunos sean solo miedos de salirte de tu zona de confort. El miedo, en muchas ocasiones, puede ser un freno para intentar algo nuevo como hacer cambios, sobre todo el miedo al fracaso, que es intentarlo y que no dé resultado.
¿Por cuál de estos obstáculos te gustaría empezar? Una vez que lo definas, crea tu plan de acción basado en qué tendrías que hacer para ir del punto en el que estás ahora a lograr esa versión más saludable.
Recuerda: Estar sano sucede en el presente. Reconocer dónde estás ahora y qué es lo que te motiva alimenta los pequeños pasos que te ayudarán a llegar a donde quieres estar. Confía en tus instintos y confía en que cada cambio que haces tiene un tremendo impacto en tu presente y futuro.
Me encantaría ser parte de tu camino hacia esa versión saludable. Nuestra comunidad va creciendo cada día y tú puedes formar parte de ella.
¡Hoy es un buen día para empezar!