¿Cómo puedo definir mi concepto de salud?

Como vimos en el blog anterior, la definición de salud es muy particular y es diferente para cada persona. Todos somos únicos e irrepetibles, con necesidades muy específicas. Por ende, aunque compartimos ciertas características, la forma en la que percibimos la salud también es distinta.

Dicho esto, sé que definir nuestro propio concepto de salud y bienestar requiere trabajo: trabajo de introspección, de análisis, de prueba, y de tomarte el tiempo de conocerte mejor. Como guía, te propongo que empieces por revisar en qué lugar te encuentras actualmente en referencia a estos factores que conforman la salud:

Creando tu propia definición de bienestar

Durante todo este tiempo en el cual nos hemos hecho compañía —algo que agradezco y que es mi gran motivación—, estoy segura de que tus definiciones de bienestar y salud han ido evolucionando.

Cada día tengo más claro que estar sano no es lo mismo que no estar enfermo. Para mí, se trata de vivir en un estado de bienestar, sintiéndome llena de energía y en plenitud. Con esto no quiero decir que siempre tengas que estar bien, pero sí que la balanza debería inclinarse mayormente hacia ese lado y que, cuando te desvías un poco, es vital saber muy bien cómo “regresar” a tu centro.

Así es como este tema ha ido evolucionando para mí. Entre más aprendo y comparto información, más entiendo la importancia de numerosos factores y lo mucho que estos influyen de manera directa e indirecta en mi bienestar. Sin duda se trata de un área que va cambiando, así como nosotros y nuestros cuerpos van modificándose, también.

El zinc: ¿qué es y por qué debemos consumirlo?

El tener un sistema inmune óptimo es un proceso complejo que depende de varios nutrientes, entre los que se destaca el zinc. Pero, ¿cómo puedes saber si estás consumiendo lo suficiente? Hoy te comparto más información sobre este mineral que juega un papel clave en tu bienestar.

El zinc es el segundo mineral más importante en el organismo después del hierro y es un oligoelemento metálico necesario para llevar a cabo múltiples funciones. Es curioso que, siendo un elemento tan clave, solo se necesite una pequeña cantidad para que las enzimas de nuestro organismo puedan crear aquellas las reacciones químicas que lo mantienen sano, ayudando tanto a su crecimiento como a su desarrollo.

Los beneficios del jengibre que pocos conocen

Ya en muchas ocasiones te he compartido que soy una verdadera fanática del jengibre debido a sus múltiples cualidades, pero hoy quiero recordarte que el jengibre es una raíz que es fácil de incluir en tu día a día y que, si la consumes de manera continua, los beneficios que puede aportar a tu bienestar son infinitos.

Piénsalo así: en este mundo, vivimos por reacción. Comienzas el día con ciertos objetivos y, antes de darte cuenta, ya has recibido una llamada telefónica sobre una emergencia menor, algo que cambia tu agenda y tus prioridades, o una solicitud urgente. De repente, entras en modo de “crisis”, y es posible que no puedas dejar dicho estado durante el resto del día, porque en el momento en que se resuelve un problema, uno nuevo toma su lugar.

Durante todo el día, todos los días, estamos apagando incendios, grandes y pequeños. Al mismo tiempo, si no nos relajamos nunca, eso puede hacernos hiperreactivos, algo así como cuando hay tráfico y vas tarde para recoger a tu hijo de la práctica de fútbol y, sin siquiera pensarlo, le tocas el claxon al automóvil que se encuentra enfrente de ti por detenerse en una luz amarilla.

Escuchando a nuestro cuerpo de forma consciente

Cada día veo cómo nuestra comunidad es más consciente de que el bienestar es un proceso con altas y bajas, y que cada día tenemos la opción de tomar las decisiones que nos ayudarán a lograr nuestros objetivos.

Hoy quiero compartir contigo esta lista de las cosas que me gusta observar de forma consciente, ya que sé que sus efectos influyen mi día a día:

Consejos para manejar la preocupación excesiva

Un proyecto complicado, una cita con el doctor, o incluso una plática pendiente puede ser razón suficiente para preocuparnos de manera excesiva y sentirnos intranquilos. Aun sabiendo que eso no es sano, hay cosas que sentimos que no podemos soltar.

Aquí entra la pregunta: ¿cómo puedo preocuparme menos? Bueno, aunque parece que no es una tarea fácil, estas son algunas sugerencias que pueden ayudarte a conseguir la paz: