Consejos para manejar la preocupación excesiva

Consejos para manejar la preocupación excesiva

Un proyecto complicado, una cita con el doctor, o incluso una plática pendiente puede ser razón suficiente para preocuparnos de manera excesiva y sentirnos intranquilos. Aun sabiendo que eso no es sano, hay cosas que sentimos que no podemos soltar.

Aquí entra la pregunta: ¿cómo puedo preocuparme menos? Bueno, aunque parece que no es una tarea fácil, estas son algunas sugerencias que pueden ayudarte a conseguir la paz:

1. Deja de pensar que puedes controlarlo todo

Aceptar que no todo está en tus manos es una buena manera de combatir la preocupación. Saber que no podemos planear todo o anticiparnos a lo que pueda suceder nos hace darnos cuenta de que preocuparnos no es constructivo.

2. Libérate de la necesidad de ser perfecto

Esto puede ser una sorpresa para ti, pero ¡nadie lo es! Así que no te agobies preocupándote: date la oportunidad de respirar y recuerda que no pasará nada grave si las cosas no salen siempre como tú deseas.

3. Escribe sobre lo que te preocupa

Hazlo de manera libre y dale rienda suelta a la imaginación. Escribe incluso las cosas más descabelladas que se te ocurran; esto te ayudará a soltar el control. Sacar todo lo que te preocupa y regresar a lo que has escrito para ver cómo has manejado la situación puede ayudarte a fomentar cambios positivos.

4. Cambia el tono de tus palabras

En tu discurso interno, es común llenar tu cabeza de frases como “estoy muy preocupado” o “esto no creo que salga bien”. En estos casos, hablarte con un tono más agudo o más grave, por ejemplo, repetir las mismas palabras con otra entonación, puede ayudar a tu cerebro a cambiar las asociaciones que hace con estas palabras por algo menos negativo.

5. Confía en ti mismo

La preocupación en exceso se manifiesta de diversas maneras, por ejemplo, imaginando consecuencias graves o anticipando lo peor en una situación. En realidad, la mayoría de estas preocupaciones viven solamente en nuestra cabeza.

La clave para lidiar con esta práctica poco saludable es confiar en tu capacidad de salir adelante en cualquier situación. Saber que puedes manejar y resolver lo que sea que surja te hará sentir más tranquilo.

6. Mueve tu cuerpo

Hacer ejercicio libera endorfinas, lo cual no solo te hace sentir bien, sino que también provoca que la química del cerebro cambie. Cuando estamos afligidos o angustiados, es difícil encontrar las ganas de hacer actividad física, pero está comprobado que movernos, aunque sea un rato, puede ser relevante para nuestro bienestar.

7. Meditar

Desprendernos de nuestros pensamientos negativos y observar la mente es vital para nuestra paz interna.

8. Haz cosas que te hacen feliz

Cuando nos sentimos abrumados, es muy fácil sumergirse en los sentimientos negativos y darle mil vueltas a las cosas que nos agobian. Mi consejo es que hacer espacio en tu día para una actividad que te haga sentir especialmente bien. Decidir de manera consciente hacer aquello que nos mejora el humor, como cocinar algo que nos gusta o ir al cine, es una forma de autocuidado.

9. Habla con un profesional

Si sientes que las preocupaciones están saliendo de control, o que te estás ahogando en ellas, busca la ayuda de alguien calificado. Es vital reconocer cuando las cosas están fuera de nuestras manos; recuerda que no tiene nada de malo pedir ayuda, y que hay personas dispuestas a ayudarte a superar las situaciones difíciles a las que te enfrentas.

Las preocupaciones, dudas y ansiedades son parte de nuestra vida, pero no es sano cuando se convierte en algo que no podemos controlar o que interfiere en tu día a día. Es por eso que te invito a que pruebes estas medidas y a que busques ayuda, si es necesario. Recuerda que puedes contar conmigo para ayudarte en este proceso y que juntos podemos buscar una solución.

¡Hoy es un buen día para empezar!

Escuchando a nuestro cuerpo de forma consciente

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No dejo de preocuparme, ¿qué me está pasando?

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