El zinc: ¿qué es y por qué debemos consumirlo?
El tener un sistema inmune óptimo es un proceso complejo que depende de varios nutrientes, entre los que se destaca el zinc. Pero, ¿cómo puedes saber si estás consumiendo lo suficiente? Hoy te comparto más información sobre este mineral que juega un papel clave en tu bienestar.
El zinc es el segundo mineral más importante en el organismo después del hierro y es un oligoelemento metálico necesario para llevar a cabo múltiples funciones. Es curioso que, siendo un elemento tan clave, solo se necesite una pequeña cantidad para que las enzimas de nuestro organismo puedan crear aquellas las reacciones químicas que lo mantienen sano, ayudando tanto a su crecimiento como a su desarrollo.
Como mencionaba, el zinc puede ayudar en muchas de funciones del organismo, incluyendo las siguientes:
Crecimiento y desarrollo
Cicatrización de heridas
Coagulación de la sangre
Función tiroidea
Función inmunitaria
El gusto y visión
Reducción de la inflamación
Síntesis de proteínas y ADN
Protección celular
Reducción del colesterol
Producción de hormonas
Relación directa con la producción y aumento de la testosterona
Prevención de enfermedades como la neumonía y la degeneración molecular asociada con la edad
Asimismo, tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que protege las células del organismo contra el daño de los radicales libres. Se ha utilizado durante muchos años para la protección de la piel, ya que sus propiedades de barrera crean una capa repelente al agua; es por esto que se utiliza en algunas cremas de protección solar contra los dañinos rayos ultravioleta.
Otro de los beneficios más conocidos de este mineral es que es un tratamiento popular para los síntomas del resfriado, reduciendo su duración.
Si sufres de acné, puede que su origen sea el que tengas niveles bajos de zinc. Esta afección cutánea es frecuente en los adolescentes, pero puede afectar a otras personas. Las glándulas productoras de grasa, sobre todo las de la cara y la espalda, se obstruyen e inflaman. Un suplemento de zinc puede ayudar a reducir esta inflamación y evitar el crecimiento de las bacterias que causan las manchas de acné.
¿Cómo puedes darte cuenta de que tus niveles están bajos?
Una deficiencia de zinc puede causar síntomas diferentes. Puede provocar pérdida de apetito, pérdida de peso, diarrea, erupciones cutáneas, sensación de cansancio, problemas de visión, pérdida del sentido del gusto y del olfato, caída del cabello y enfermedad frecuente, niveles bajos de testosterona en mujeres y hombres, así como disfunción eréctil.
¿En qué alimentos se encuentra?
Vale la pena enfatizar que el cuerpo no produce zinc de forma natural, por lo que este se obtiene de los alimentos que consumimos, o bien, de suplementos que lo contengan.
Si sigues una dieta variada en tu día a día, entonces es probable que ingieras suficiente zinc. Las fuentes alimentarias con más concentración incluyen:
Carne roja, como la carne de res
Pollo
Carne de cerdo
Cordero
Mariscos, como las ostras
Lácteos, incluyendo la leche y especialmente el queso
Legumbres, como lentejas, alubias, guisantes, garbanzos, etc.
Frutos secos y semillas
Cereales integrales, como arroz integral, bulgur, maíz, avena, centeno, arroz salvaje, germen de trigo, etc.
Las frutas y las verduras no son las principales fuentes de zinc en el organismo, por lo que, si eres vegetariano o vegano, es aconsejable que revises tu ingesta de zinc. Incluso puedes considerar el uso de un suplemento evaluando tus necesidades individuales en función de los alimentos que normalmente comes, ya que tal vez no consumes suficientes legumbres, frutos secos, etcétera.
Como siempre, recuerda que el que tengas una alimentación variada ayudará a que obtengas los requerimientos de minerales y vitaminas de forma natural. Si en tu día a día te limitas a elegir siempre los mismos productos, o bien, si lo que compras no tiene un adecuado valor nutricional, ¿cómo esperas que tu cuerpo cuente con todo lo que requiere para un funcionamiento adecuado?