Nuestra historia de salud
Al iniciar un programa de bienestar es muy común hacer un repaso de nuestro perfil de salud, la historia que nuestro cuerpo ha tenido, nuestros hábitos alimenticios y de movimiento, ver si somos enfermizos o no y, sobre todo, revisar si en nuestra familia hay o han habido enfermedades de gravedad.
Con base en lo anterior, es fundamental entender el contexto de dónde nos encontramos actualmente en términos de salud y analizar de forma consciente los patrones de enfermedades y áreas que constantemente representan un reto.
Recordemos que contar con la información pertinente nos da la capacidad de hacer ajustes, y que saber dónde estamos en el presente, en función de lo que queremos en el futuro, nos permitirá crear un plan de acción para lograrlo.
Muchas veces escucho a clientes decir que, como sus papás o abuelos son diabéticos, ellos también lo serán; creen que están predestinados a tener esa enfermedad y que, sin importar lo que hagan o dejen de hacer, la van a padecer.
La realidad es que así no es como funciona nuestro organismo, lo cual es la mejor noticia del mundo. Con esto me refiero a que tener la información de las tendencias genéticas que has heredado de tu familia no te condena a padecerlas. Tú tienes la capacidad de evitarlas: modificando tus hábitos y evitando las circunstancias que se requieren para que se presenten.
Sigamos con el ejemplo de la diabetes. Supongamos que tu mamá la padece, tu abuelo también la padeció, y, por ende, tú esperas también padecerla en algún punto de tu vida. Sí, la información está en tus genes y eso es algo inevitable, ya que se va transmitiendo de generación en generación (al final tienes la mitad de los genes de tu papá y la mitad de tu mamá, así que también hay algo de tus abuelos, etc.), pero la mayoría de estas enfermedades solo se presentan si creas el ambiente necesario para su desarrollo; de lo contrario, no tendrían por qué detonarse en tu organismo.
Y cuando digo que se trata de una excelente noticia es porque nos da la oportunidad de cambiar nuestra historia: no tenemos por qué padecer una enfermedad si tomamos el control de nuestra salud. Cambiar hábitos alimenticios, hacer ejercicio, descansar, y todos esos puntos que ahora ya sabes que son parte de tu bienestar de forma integral, lograrán que ese gen permanezca “dormido” dentro de la información que contienen tus células.
No subestimes el impacto de ponerte siempre como prioridad. Cuidarte y ver a tu salud como algo preventivo hará que puedas disfrutar tu vida de manera más plena. Mereces estar bien y cuidar de ti mismo.