Prepararme para el fracaso

Cuando iniciamos un cambio o un proceso de incorporación de nuevos hábitos, no nos damos el tiempo de pensar qué va a suceder si no lo logramos. No contemplamos los factores que nos puedan hacer regresar a los hábitos anteriores y cómo podríamos actuar en ese momento.

Considero fundamental entender que durante este proceso tendremos momentos de “fracaso” y frustración que nos harán desistir de nuestro objetivo. Todos tenemos días en los que nuestra motivación no se ve lo suficientemente fuerte como para seguir con nuestra visión. Días en los que no podemos dejar de tomar ese refresco, en los que no nos levantamos a tiempo para salir a caminar, o cualquiera que sea tu objetivo.

Todo esto es normal, y precisamente por esa razón es importante que trabajemos en un plan de acción en caso de errores. Tener tu objetivo inicial bien fundamentado es una de las cosas que te ayudarán en gran medida a lograr tus metas.

Cuando las cosas no salen como queremos, muchas veces buscamos la salida fácil y queremos la fórmula mágica que nos de la solución a nuestra situación.

No te creas todo lo que piensas. En muchos casos la mente se vuelve nuestra peor enemiga. Esa vocecita, que por cierto no eres tú, que te dice que no serás capaz, que no puedes hacerlo, que todas las veces que lo has intentado no lo logras y que esta vez será igual, se va a dedicar a decirte que no sigas. Te va a repetir que si ya te saliste de tu plan, pues ¿para qué regresar?

En ese punto exactamente es cuando tu plan para el fracaso debe entrar en acción. Considéralo tu plan de contingencia, ¿qué vas a hacer cuando esto suceda? ¿cómo vas a seguir con tu objetivo? y lo más importante, ¿qué ajustes debes hacer para continuar hacia lo que quieres lograr?

Gran parte del trabajo con mis clientes se da en este punto clave. Es ahí, donde nos encontramos y analizamos lo que vamos a hacer y cómo vamos a lograrlo. Ajustes, estrategias, nuevas rutas, todo se vale. Es en estos momentos en los que realmente podemos entender la importancia de tener apoyo, de poder confiar en alguien que nos acompañe en este proceso y que entienda que estos momentos son lo normal.

¡Hoy es un buen día para empezar!